el PSOE y el PP se han unido durante 24 años para defender los intereses de los grandes gestores del Ibex, generando una enorme dependencia
mutua entre el Estado y las grandes empresas del Ibex, lo cual hace que muchos miembros del aparato estatal y de las grandes empresas actúen como un mismo “bloque”. ¿Qué sucedería si Esther Koplowitz tuviera que negociar con un gobierno
de Pablo Iglesias los casi 1.000 millones de euros en préstamos que
adeuda a Bankia (junto al BBVA)? (una deuda cuyo pago y vencimiento
el ministerio de Luis De Guindos —y sus emisarios de BFA-BANKIA— han
prorrogado hasta 2020). ¿Y si Florentino Pérez tuviera que negociar con Nacho Álvarez los créditos de Bankia que avalan sus acciones en ACS? O,
vayamos más allá: ¿qué pasaría si un eventual gobierno de Podemos se
enfrentara a los 500 millones de euros que pide el dueño de ACS para
costear las pérdidas del AVE a Francia? Ahora, reformulemos estas
preguntas en clave electoral: ¿apoyará el PSOE un gobierno liderado por
Podemos, tal y como demandan las preferencias de sus electores, con un
mandato que implique revertir o modificar los intereses y expectativas
de los grandes empresarios del país? ¿O apoyará una gran coalición con PP y Ciudadanos, aunque esto suponga su automática y acelerada pasokización? Una muestra de esta unidad tiene su reflejo en el flujo constante de
ministros, secretarios, subsecretarios y presidentes de órganos
reguladores que pasan velozmente a estas empresas (alrededor de un 20%
de todos los consejeros del Ibex a lo largo de 24 años).
También se muestra en el torrente continuo de recursos públicos drenados a estas empresas y por ende, a sus propietarios, los grandes garantes de los partidos tradicionales (con donaciones, condonaciones y cuotas de poder económico), y los primeros interesados en las grandes coaliciones.
Una cifra: de 2004 a 2008, el periodo en que aparecen en los papeles de Bárcenas los pagos en negro de OHL al PP, un tercio de la facturación del grupo OHL venía de adjudicaciones de comunidades gobernadas por el PP.
Políticos en los consejos
Comencemos por 1991, año en que arranca el índice bursátil Ibex35. Heredero del FIEF 35, en el nuevo índice aparecen siete empresas participadas por el Estado (Fecsa, Repsol, Telefónica, Sevillana, Tabacalera, Endesa y Unión Fenosa), aportando el 40% de la capitalización total.
Si exploramos los consejos de administración de esas empresas podemos encontrar 134 consejeros procedentes del Estado (el 27% del total), ya sea en administración local, autonómica, nacional o extranjera.
Una Gran Coalición llamada Ibex35
En 2013, mientras España era rescatada por la UE y se agravaban los recortes, aumentó la transferencia de gobernantes del PP y del PSOE a empresas clave. El Ibex35 se convertía, literalmente, en el gobierno en la sombra
También se muestra en el torrente continuo de recursos públicos drenados a estas empresas y por ende, a sus propietarios, los grandes garantes de los partidos tradicionales (con donaciones, condonaciones y cuotas de poder económico), y los primeros interesados en las grandes coaliciones.
Una cifra: de 2004 a 2008, el periodo en que aparecen en los papeles de Bárcenas los pagos en negro de OHL al PP, un tercio de la facturación del grupo OHL venía de adjudicaciones de comunidades gobernadas por el PP.
Políticos en los consejos
Comencemos por 1991, año en que arranca el índice bursátil Ibex35. Heredero del FIEF 35, en el nuevo índice aparecen siete empresas participadas por el Estado (Fecsa, Repsol, Telefónica, Sevillana, Tabacalera, Endesa y Unión Fenosa), aportando el 40% de la capitalización total.
Si exploramos los consejos de administración de esas empresas podemos encontrar 134 consejeros procedentes del Estado (el 27% del total), ya sea en administración local, autonómica, nacional o extranjera.
Una Gran Coalición llamada Ibex35
En 2013, mientras España era rescatada por la UE y se agravaban los recortes, aumentó la transferencia de gobernantes del PP y del PSOE a empresas clave. El Ibex35 se convertía, literalmente, en el gobierno en la sombra
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