reunión de criminales en Colombia. Ha ido lo más representativo de la injusticia en un mundo donde se busca la paz. Estos hombres que vemos en la imagen no son befactores o garantes o contenedores de esa paz que intentan firmar en ese país. Esta escoria de individuos lo único que hacen es servir de estafa emocional a todos aquellos familiares a los que los criminales de la FARC dejaron enterrados por los campos, que se cuentan a millares. Cretino de rostro negro; cretinos de blancos ropajes lapidarios: como sepulcros blanqueados. Hijos de un dios menor. Hijos de putas madres. ¿Qué hacen esos estúpidos en Colombia, si no es a cargar de droga sus aviones, para orgías lascivas en los sótanos vaticanos? Bien saben que no existe Dios, ni el diablo, sino una falsa y blasfema deidad interna, que les corroe las mentes y las ingles. Y éstos se llaman dignatarios. Y éstos se llaman honrados. Y éstos se llaman portadores de luz. Y éstos quieren firmar, ser testigos, de esa falsa moneda acuñada a base de sangre, dolor y lágrimas. Un engaño similar al cometido en España con los etarras. El gobierno de Juan Manuel Santos,
presidente de Colombia, ha aceptado un yugo de esclavitud perpetua para
el pueblo colombiano coreado por los aplausos de la masonería más abyecta y decadente en la figura de Su Santidad el puto Papa, el negro ramplón de Obama y el comisionista y putero, el abdicado, Juanca I.
Es un atentado a la democracia. Un engaño al pueblo colombiano y al resto del mundo usando la palabra PAZ. Se pretende con este pacto conceder al
grupo narcotraficante, financiado por la CIA, todo lo que Santos les
prometió sin importar la destrucción de Colombia. Como aceptar que los
responsables de crímenes atroces no vayan a la cárcel y puedan ser
elegidos como Conejales, Alcaldes, Gobernadores, Senadores o incluso
Presidente. Sujetos como “el Paisa” que atentó contra el club “el nogal”
causando 36 muertos. “el Enfermero” que huyó de España y practicó miles
de abortos, o el propio Timochenko que tiene una condena de 448 años.
Estos individuos quedarían impunes tras la firma del plebiscito. Dejando
inválido los casos por los que fueron acusados, es decir, las miles de
víctimas que de una u otra manera se oponían al régimen de las FARC. O
simplemente era inocentes en su cruzada. El reclutamiento de niños para
sus guerrillas, se estima en unos 11.500, dejaría de ser un delito y
perdonado. Como si no hubiera pasado nada… Y los pueblos ríen las gracias de estos negreros de mierda, de putos papas, de gays presidents. Qué cojones les importa a ellos la paz, si con la guerra consiguen más. Hijos de la gran puta.
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