miércoles, 7 de septiembre de 2016

el tiempo me da la razón

y muchos se suman al carro de lo que decimos. Es importante que veáis que seguimos al pie de la letra la lectura que nos mandan desde los cimientos de los políticos de turno. Estamos siendo atacados subconscientemente desde la inconsciencia de nuestros políticos. Es decir, alguien manipula a los políticos que a su vez nos manipulan a nosotros. Ese subconsciente colectivo que mueve los hilos no es otro que aquellos que se reunen anualmente en las sombras y que son llamados el G20. Estos individuos tienen a su disposición los presidentes de gobierno y presidentes de las mafias, a quienes tienen que cargar las pilas cada 365 días. De esta forma mantienen al planeta bajo las miras del ojo del triángulo interior superior de la pirámide: del ojo que todo lo ve. Y todo lo ve, porque estos agentes secretos (segunda actividad que ponen al servicio de los mandamases) les tienen contínuamente al tanto de la calle. Sabemos que Mandela, Gandhi y, no me extrañaría, la madre Teresa de Calcuta, pertenecieran a agencias de espionaje del FBI, la CIA, el MI6, el P2, etc. Cada uno obligado al país que  mejor pague o trate mejor. Al final de los tiempos les hacen un buen entierro y les suben a los altares. Un pago a los servicios prestados en vida. Amén, del perdón de los delitos cometidos en sus menesteres. Ahora, a la muerte de la Madre Teresa, voces infernales propagan el poco amor y frialdad con que la señora profesaba a los enfermos y necesitados. Todo el capitalazo que consiguió de donaciones -millones de dólares-, fueron a las arcas de la Iglesia, sin que persona necesitada fuera socorrida. ¡Qué buena persona la madre Teresa! Y de todos aquellos curas que la Iglesia siembra por el mundo con la intencionalidad de tener (como hacen los chinos) un territorio al poder del Vaticano. Allá donde haya un cura... hay un territorio conquistado para el Vaticano. Allá donde haya un párroco, hay un conquistador y un manipulador de masas al servicio de la Iglesia católica. En sudamérica son capos de mafias callejeras. Y nadie pone coto porque con la Iglesia hemos topado. Los países se mueven al compás de la demanda del Vaticano, y no al revés. Y si la demanda del Vaticano es que haya guerra allá donde deban imponer la religión, se preparará un buen conflicto civil para que retornen al redil, bajo el poder del pastor Jesús. Así ha sucedido mientras los jesuitas han tenido las riendas del poder de Dios y del Diablo. Toda la vida desde la invención de la religión. Que haya un dios les ha venido de maravilla; que haya un diablo...ni te cuento. El Cielo y el Infierno bajo el poder de la Iglesia vaticana. ¡Es lo que hay!

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