Según un artículo del
Huffington Post de Andy Worthington, autor de "Los documentos
Guantanamo", que a su vez se basan en documentos de la Agencia de
Inteligencia de los Estados Unidos (CIA), este organismo incluiría entre sus
métodos de tortura a los prisioneros acusados por terrorismo encarcelados la
prisión de Guantánamo, una lista de canciones, entre las que se encuentran,
éxitos musicales de conocidas estrellas pop, así como de jingles comerciales o
soundtracks de afamadas películas de Hollywood.
Entre las canciones con que
atormentan a los prisioneros en esta base, se encuentran temas de Christina
Aguilera, Britney Spears, Queen, Metallica, Aeroesmith, Prince, Red Hot Chili
Peppers, entre otros.
Acá parte de la lista:
- Dirty de Christina Aguilera
- The Real Slim Shady de Eminem
- Zikrayati (My Memories) de
Mohamed el-Qasabgi
- I Love You por Barney El
dinosaurio
- Babylon de David Gray
- Soundtrack de la película
Saturday Night Feve (Fiebre de sábado por la noche)
- Take Your Best Shot de the band Dope
- We Will Rock You de Queen
- The Beautiful People de Marilyn Manson
- F--- Your God de the band Deicide
- All Eyez on Me de Tupac
- Bodies de the band Drowing Pool
- Música variada de Sesame
Street (Plaza Sésamo)
- Baby, One More Time de Britney Spears
- Enter Sandman de Metallica
- March of Pigs de Nine Inch Nails
- Canciones de Prince
- Canciones de Red Hot Chili
Peppers
- Canciones de la banda Aeroesmith
Se desconoce por qué la CIA ha
elegido estas canciones, si es por la letra, por el mensaje, o por las
reacciones que pueden provocar en los prisioneros, principalmente,
ultraconservadores y fanáticos religiosos. Sin embargo, lo que sí se sabe es el
objetivo, según el documento de la Agencia, el objetivo de la “tortura musical”
era "crear miedo, desorientación y shock" en los prisioneros.
Lo cierto es que los
prisioneros llegaban a ese estado no tanto por el tipo de música que escuchaban
sino por el tiempo en que tenían que escuchar cada uno de los temas, de manera
repetida.
Según el Sargento Mark
Hadsell, un miembro del equipo de Operaciones Psicológicas de los Estados
Unidos, señala la eficacia de esta táctica: "Si usted hace sonar esta música
por 24 horas, las funciones de tu cuerpo y tu cerebro comienzan a ceder, el
proceso de tus pensamientos se ralentiza y tu voluntad se rompe. Ahí es cuando
entramos nosotros y hablamos con ellos".
Algunos prisioneros debían soportar días, e incluso meses,
escuchando la misma melodía, todas las horas del día.
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