me gusta el tema

pero soy un poco como santo Tomás, ¡sí hombre!, el que metió los dedos en las gallas de Cristo, porque tenía que comprobar para creer. Y eso es lo que aconsejo yo a todo aquél que siente la llamada extraterrestres y que al parecer, son muchos: los que creen en el tema sin ver y los que han visto sin creer. Y que al tiempo, de éstos últimos, son más, porque los visitantes son muy listos y no aguantan a los creyentes por aquello de preguntar tras preguntar cómo, dónde y por qué. Los ateos ovni hablan sin tapujo o cortapisas y se les sonsaca más de nuestra mísera vida en la Tierra.., donde nos dejaron hace lustros y casi se olvidaron de nosotros.
Ahora han vuelto tal vez, para apoderarse del oro que tienen almacenado Rusia, China, Estados Unidos, y mangantes varios. Y muy posiblemente la tercera guerra mundial sea los terrícolas contra los extranjeros, para que no nos dejen sin el preciado mineral. Mineral que pulverizado en la atmósfera del planeta donde viven estos privilegiados, les confiere o dota de larga vida. No así en la Tierra que los americanos están enfermándonos cada vez más con toda la mierda que los aviones -sin nombre ni apellido-, dejan caer todos los días del año, en los cinco continentes.

A lo que iba. Desde un avión de pasajeros una señora que miraba por la ventanilla y llevaba la cámara al hombro todo el rato, tuvo la oportunidad de fotografiar un objeto volante no identificado; tampoco comprobado por el comandante de la nave o avión terrestre desde donde esta señora filmaba. 

Y yo ante la noticia no tengo más remedio que ponerla en el blog para que sepáis que estamos al tanto de todo y nos lo comunicamos.

Comunicación que nos dan los adeptos al tema de la llegada masiva de platos y que no son de sopa, aunque lo parezcan. En fin, la noticia está dada y es conveniente que miremos más hacia las alturas que hacia tierra mientras caminamos buscando la moneda que se le haya podido caer al que va delante. Y es conveniente mirar hacia arriba porque, desde que hemos podido salir trescientos metros por encima de nuestras cabezas, estamos dejando más escombros espaciales que en las escombreras, y algún día han de caer.Y si no, mirar esos bólidos que nos asombran al cruzar la atmósfera y que creemos pertenecen a restos planetarios  gravitando alrededor de otro, de nuestro ensamblaje solar. La mierda que se deja y no se recoge, suele caer a tierra en un futuro.