millonarios a través de ONG

Gran beneficio benéfico: “Hay amplias pruebas de que la industria se está saliendo de control” 

Muchas de las organizaciones benéficas que actúan en varios países se han convertido en ‘monstruos hambrientos’ no controlados que principalmente alimentan sus propias ambiciones en vez de centrarse en las metas declaradas. En el Reino Unido hay más de 195.000 organizaciones benéficas registradas que recaudan y gastan unas 80.000 millones de libras (125.000 millones de dólares) por año. En total, estos organismos emplean a más de millón de personas -por encima de los empleados en los sectores automotriz, aeroespacial y químico del país- y hacen 13.000 millones de solicitudes de donaciones cada año, o unos 200 por cada residente británico. Declarando que el 90% de las donaciones se destinan a ‘actividades benéficas’, muchas organizaciones gastan al menos la mitad de sus ingresos en administración, el desarrollo estratégico, campañas y la captación de fondos: “algo diferente de lo que consideramos ‘buenos objetivos’”, según afirmó el periodista David Craig, citado por ‘The Daily Mail‘. En su nuevo libro ‘The Great Charity Scandal’, el autor señala el enorme despilfarro de los fondos donados, dado que muchas organizaciones actúan en el mismo ámbito, mientras cada una cuenta con su propia oficina, gerentes ejecutivos, administradores, captadores de fondos y expertos en comunicaciones. Por ejemplo, en Inglaterra y Gales operan 1.939 organizaciones centradas en los niños, 581 tratan de obtener la cura contra el cáncer, 354 son para las aves, 255 para los animales, 81 lidian con el alcoholismo y 69 con la leucemia. Respecto a los salarios, 16.000 empleados en el sector benéfico cuentan con un sueldo que supera las 60.000 libras (94.000 dólares) por año, y unas 3.000 personas ganan más de 100.000 libras (156.000 dólares) anuales. La comisión regulatoria en el ámbito, que recibe más de 900 llamadas, cartas y correos diariamente, carece de personal para comprobar cómo las donaciones llegan a su metas, o si las organizaciones son verdaderamente benéficas y no son tramas de evasión fiscal o grupos de cabildeo político. El autor pone de relieve el drástico crecimiento de organizaciones en las últimas décadas. En Etiopia actuaban 70 organizaciones benéficas hace dos décadas. Actualmente su cantidad ronda las 5.000. Además de las donaciones muchas organizaciones reciben enormes fondos del Gobierno, que de hecho son donaciones involuntarias de los contribuyentes. “Dudo que los contribuyentes fueran tan generosos si supieran cuánto dinero ya recibe una u otra fundación”, comenta Craig. “Hay amplias pruebas de que la industria benéfica se está saliendo de control”, agregó.