aquí tenemos una simbiología con los Simpson. Los colores de la masonería por excelencia hasta el punto de que los colores de la camiseta con la que sus
jugadores han ganado título tras título en el último año coinciden con
los de una importante logia masónica barcelonesa de finales del siglo
XIX. Una relación que se entiende si se tiene en cuenta que hay
numerosos indicios de que el fútbol como deporte es un invento de
indudable influencia masónica.
Sin duda el fútbol se ha
convertido con el paso de los años en el deporte rey, el mayor
espectáculo de masas, al menos para la mayor parte del mundo. Los
campeonatos se siguen con pasión en multitud de países, tanto si son
competiciones locales o la gran fiesta de la Copa del Mundo. Los éxitos
de los equipos desbordan la euforia de sus seguidores y los partidos
importantes, que deciden títulos, son seguidos por televisión por
millones de personas. Todo un fenómeno de masas que a poco que se
estudia su génesis parece tener una cara mucho menos conocida, y hasta
ahora en buena parte ignorada, bajo el brillo que genera el espectáculo.
Uno de los equipos de este deporte que están más de actualidad es sin
duda el Fútbol Club Barcelona, que está considerado como uno de los
mejores de hoy día, si no el mejor, como lo acreditan los títulos
conseguidos en los últimos meses, nada menos que seis incluida la
Champions Leage, que en mayo de 2009 le situó como el mejor club
europeo, y ganador del mundial de clubes. Un indudable éxito de
resultados y de belleza y eficacia en el juego, al decir de la mayoría
de los analistas, que lo han situado en la primera plana de la
actualidad. Este brillante presente, seguido con pasión y gozo por sus
más de 100.000 socios y millones de simpatizantes, podría hundir sus
raíces en una de las caras menos conocidas del equipo, su origen
masónico, algo que se sospechaba hacía tiempo, pero que ahora parece
estar más patente que nunca.
Colores azul y granate, que en buena parte podrían ser la clave que aportara algo de luz a unos orígenes misteriosos. Durante muchos años la razón por la que se eligieron esos tonos permaneció como un motivo más o menos bizantino de discusión. Se dijo que pertenecían al cantón suizo originario de Gamper –algo que ya se sabe hoy día que no es cierto–, que eran los de otro club de fútbol fundado anteriormente por Gamper o que, simplemente, era una elección como otra cualquiera. Lo cierto es que, casualidad o no, esos colores se corresponden curiosamente con uno de los grados elevados de la masonería, el denominado Royal Arch, el primer orden de los maestros masones que siguen el rito de York. El llamado Royal Arch Mason, o sagrado Royal Arch, está considerado como uno de los más hermosos grados de la francmasonería, y hay quienes lo enlazan directamente con lo que se podría denominar masonería críptica. ¿Pudo tener relación la génesis del Barça con este grado de la masonería?
Para Xavier Casinos, periodista y autor de varios libros sobre la masonería, entre los que destaca Paseos por la Barcelona masónica, editado por el Ayuntamiento de Barcelona, resulta bastante improbable que un joven de apenas veinte años, como Hans Gamper, tuviese conocimiento de ese grado. “No sabemos si Gamper era masón cuando llegó a Barcelona, pero no resulta nada probable que a esa corta edad tuviese ese grado de la masonería, que solo se podía conseguir después de años de trabajo en la logia”, dice este autor.
Sin embargo, este periodista encontró una pista que podría ser la clave del origen masónico del Barça. Una pintura que encerraba un mensaje que tal vez resultara inadvertido a los ojos de quienes no conocen en detalle los secretos masónicos.
Colores azul y granate, que en buena parte podrían ser la clave que aportara algo de luz a unos orígenes misteriosos. Durante muchos años la razón por la que se eligieron esos tonos permaneció como un motivo más o menos bizantino de discusión. Se dijo que pertenecían al cantón suizo originario de Gamper –algo que ya se sabe hoy día que no es cierto–, que eran los de otro club de fútbol fundado anteriormente por Gamper o que, simplemente, era una elección como otra cualquiera. Lo cierto es que, casualidad o no, esos colores se corresponden curiosamente con uno de los grados elevados de la masonería, el denominado Royal Arch, el primer orden de los maestros masones que siguen el rito de York. El llamado Royal Arch Mason, o sagrado Royal Arch, está considerado como uno de los más hermosos grados de la francmasonería, y hay quienes lo enlazan directamente con lo que se podría denominar masonería críptica. ¿Pudo tener relación la génesis del Barça con este grado de la masonería?
Para Xavier Casinos, periodista y autor de varios libros sobre la masonería, entre los que destaca Paseos por la Barcelona masónica, editado por el Ayuntamiento de Barcelona, resulta bastante improbable que un joven de apenas veinte años, como Hans Gamper, tuviese conocimiento de ese grado. “No sabemos si Gamper era masón cuando llegó a Barcelona, pero no resulta nada probable que a esa corta edad tuviese ese grado de la masonería, que solo se podía conseguir después de años de trabajo en la logia”, dice este autor.
Sin embargo, este periodista encontró una pista que podría ser la clave del origen masónico del Barça. Una pintura que encerraba un mensaje que tal vez resultara inadvertido a los ojos de quienes no conocen en detalle los secretos masónicos.
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