viernes, 28 de noviembre de 2014

me parece inverosímil

que los presidentes de ambos partidos mayoritarios se estén acusando mutuamente de sus andanzas rateriles. Me parece de lo más desconcertante que pidamos justicia para solucionar los saraos y ambos, dos, se insultan amigablemente de los deslices monetarios que cada miembro de sus paritidos han cometido. 
Ana Mato dimite porque no sirve para el puesto que tenía y seguro que tampoco para el que le designen a partir de ahora; a no ser que la manden a casa y le envíen el dinerito, como hacía el bigotes. 
Rajoy sigue apoyando a Ana Mato porque no le queda otro remedio. Como tampoco lo tuvo cuando estuvo apoyando al que hoy está en la cárcel: el repartidor Bárcenas. Y lo estuvo apoyando hasta el último momento porque sabía que tenía los medios necesarios para demostrar que también él, Rajoy, estaba cobrando sobres como los demás miembros del partido desde hace 30 años, si no más.
Y ahora se les ha ocurrido cambiar o añadir nuevos abusos de poder para alargar más las condenas y no al contrario. ¿Cómo van a hacer eso si son ellos mismos quienes están colapsando la judicatura en cualquier parte del país, llamado España?
Sinceramente pienso que Rajoy debería dimitir cuanto antes. No tengo ninguna intención ni pensamiento político, pero los hechos nos remiten a que no sabe por dónde va ni al lugar en que nos quiere ubicar. Tampoco anda tan descaminado Sánchez; y le sigue a la zaga el impresentable Mas. 
Entre los tres y el principito -hoy rey-, están intentando que España haga aguas por los cuatro costados eso sí, sin que los españoles veamos una moneda de lo que se han llevado. 
Este debería ser el principio de la judicatura: recuperar todo el dinero del rescate, que es lo que se han llevado... y España volverá a ser lo que en su día no debió perder.

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