Al parecer, el colegio público de Cintruénigo ha sido tomado por las fuerzas de seguridad del Estado: Guardia Civil. El asalto ha sido pacífico, en este caso, tal vez en el siguiente no lo sea tanto al advertirles a los chavales de lo que pueden ser objeto cuando les dé por sublevarse contra el director del centro, en una sonada pitada, en contra de los recortes, por ejemplo, del papel higiénico, que en muchos coles ya tienen que portar los chavales de casa a clase. Esto de la visita de la benemérita al colegio, me recuerda a cuando los curas iban pueblo por pueblo, buscando jóvenes para instruirles en la religión. Y es que me da que, tanto en la Iglesia como en el Estado Policial, hacen falta gendarmes para completar el cupo. Y mira que hay gente en el paro para ocupar puestos, pues al parecer no los quieren y menos los del 15M o los del 22.
Ay que recuerdos nos vienen a la memoria de aquellos guardianes de lo ajeno, cuando los mangantes eran ellos. Ahora se han hecho a la democracia de palo y tente tieso, que tanto necesitan los políticos de turno. Y en este trance estamos y así se lo contamos a nuestro jóvenes en los colegios con los lanzagranadas, los grilletetes, los gases lacrimógenos, y demás bártulos de matar, en manos blancas de chicos sin maldad. Y es que hay que sublevar a las masas desde la cuna a la cárcaba. Y si no lo hacemos así, qué cojones hace tanto uniforme masón por las calles empedradas de nuestras ciudades y pueblos.
¡Cuántos sueldos derrochados, cuando de mentalización se trata!
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