y la izquierda se derechiza. Ésto solo huele a lo mismo. Sin embargo, ambos partidos se están dividiendo: como su nombre indica (partido), en diferentes frentes, fuerzas, más pequeños, porque saben que la gente, la ciudadania, está hasta el gorro de los partidos mayoritarios. Pero lo que la ciudadanía desconoce, en su mayor parte es, que son los hijos de los mismos que están en los partidos mayoritarios. Es decir, lo mismo de lo mismo, pero más expandido. Todos estos niños nuevos tienen que seguir viviendo, como los papás y el Papa, del sudor de los de siempre. ¡Qué los votos se van a dividir...! Extraordinariamente, en detrimento mayoritario para el país.
el lenguaje de la proporcionalidad
Miembros del partido socialialista lo están publicando, que lo mejor para ellos es hacerse de derechas. Seguir con las mismas propuestas, los mismos conceptos y las mismas mierdas. Y nada de estar contra la Iglesia, ahora que tenemos a este Papa tan fantástico. La izquierda se solidariza con el Vaticano, y pelillos a la mar; a olvidar las desaveniencias porque, como dice Bono, (miembro del Opus Dei), no tienen nada contra la curia. ¡Joder cómo cambian las cosas! ¡A Dios rogando y con el mazo dando! Así cualquiera.
Desde la izquierda se han desmarcado con los acontecimientos acaecidos durante el 22M y la violencia cometida por la policía al recibir, porra en mano, a los manifestantes legales. ¡Por qué no estuvo la izquierda contra el 15M o las asentadas en Sol? Aquí cada uno arrima el ascua a su sardina, y lo que a España debería espabilar e interesar, no es otra cosa que desaparezcan los partidos políticos de tantos años arraigados, y se eleven jóvenes con intereses nacionales más determinantes. Y quiero decir nacionales, no separatistas, como el joven Pablo Iglesias, que hace migas con los etarras vascos. El Podemos, partido nuevo, puede aliarse con la izquierda más radical, por aquello del cambio que predice la izquier da que deben hacer.
¡Jesús, María y José!
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