Y es que este hombre tiene un no se qué, que alumbra a las masas más jóvenes. Y por tener tiene, el poder MKultra de autosugestión, autoipnosis, y manipulaciones varias. aprendidas en la CIA y en Inglaterra.
En el programa de redes, al parecer, han estado cobrando cantidades demenciales, con relación a los sueldos que paga el Estado.
Toda la cúpula de la entidad pública Red.es, compuesta por un director general, un secretario general y seis altos cargos, cobra sueldos que van de 108.762 a 93.500 euros anuales, muy por encima de la retribución del presidente del Gobierno y de los ministros según
admite el Ejecutivo, que alega que, eso sí, son cantidades "ajustadas" a
las limitaciones retributivas para altos cargos de la Administración.
Así lo asegura el Ejecutivo en respuesta al portavoz adjunto de UPyD en el Congreso, Carlos Martínez Gorriarán, quien el pasado mes de octubre registró una pregunta parlamentaria por escrito para conocer el organigrama de Red.es, sus salarios y los criterios por los que se selecciona a los altos directivos.
Así lo asegura el Ejecutivo en respuesta al portavoz adjunto de UPyD en el Congreso, Carlos Martínez Gorriarán, quien el pasado mes de octubre registró una pregunta parlamentaria por escrito para conocer el organigrama de Red.es, sus salarios y los criterios por los que se selecciona a los altos directivos.
El Ejecutivo señala que el director general de Red.es, César Miralles, cobra 108.762 euros brutos al año, mientras que su secretario general, Luis Florencio Santa-María, percibe 102.690 euros brutos al año, muy por encima de los 78.185,04 euros que percibe el presidente Mariano Rajoy en doce mensualidades.
Debemos destacar que todos los miembros han sido elegidos por el PP, menos uno, que ya estaba en las nubes de ZP.
Ahora debemos saber a qué se debe o dirige Un Viaje Al Poder De La Mente.
Etapa de intervención en Europa del Este
Economista, neoliberal y europarlamentario: Eduard Punset tenía todas las características para colaborar en el desmantelamiento de las infraestructuras socialistas de los países de Europa del Este tras la caída del Muro de Berlín. Y así fue, como presidente de la delegación del Parlamento Europeo en polonia, su "sede" estuvo en Varsovia, pero su influencia alcanzó a todos. Esos países satélites de la Unión Soviética se vieron sometidos a una violenta penetración de agentes, políticos y asesores neoliberales ávidos de capitalizar aquellos grandes mercados. De la noche a la mañana, Punset y sus colaboradores desguazaron a lo bruto todo lo que sonara a "social": sistema de educación pública, sistema sanitario universal, compañías estatales de ferrocarriles, de telefonía, las compañías eléctricas, las subvenciones alimentarias, subsidios a los combustibles y a la energía doméstica y un sinfín más. Gracias a "asesores" como Punset todo pasó de ser un servicio social a un mercado capitalista. Además de la cifra todavía no exacta de personas muertas que dejaron de recibir asistencia sanitaria -que nunca fue óptima, pero diez veces mejor de lo que hay ahora- y muchos otros servicios básicos y gratuitos, un elevado índice de mortalidad infantil, el descenso repentino de la esperanza y la calidad de vida, la potenciación de una ya creciente corrupción y el nacimiento del reino de las mafias, Polonia y los países vecinos le deben a Eduard Punset, al FMI, al Banco Mundial y a la Iglesia Católica la terrible desigualdad social existente hoy entre sus ciudadanos, la bajísima tasa de productividad de su sector primario (ahora fuente de empleo precario para el 15% de su población activa) o la deuda externa adquirida luego de "sanear" empresas estatales para venderlas al mejor postor, y crear las condiciones para que el país fuese rentable al FMI. Diez años después del "trabajo" de Punset, en el año 2000 Polonia tenía una deuda externa estimada en 44.000 millones de dólares. En 2009 la deuda externa ascendía a más de 243.000 millones de dólares, y sigue subiendo. Misión cumplida.
Economista, neoliberal y europarlamentario: Eduard Punset tenía todas las características para colaborar en el desmantelamiento de las infraestructuras socialistas de los países de Europa del Este tras la caída del Muro de Berlín. Y así fue, como presidente de la delegación del Parlamento Europeo en polonia, su "sede" estuvo en Varsovia, pero su influencia alcanzó a todos. Esos países satélites de la Unión Soviética se vieron sometidos a una violenta penetración de agentes, políticos y asesores neoliberales ávidos de capitalizar aquellos grandes mercados. De la noche a la mañana, Punset y sus colaboradores desguazaron a lo bruto todo lo que sonara a "social": sistema de educación pública, sistema sanitario universal, compañías estatales de ferrocarriles, de telefonía, las compañías eléctricas, las subvenciones alimentarias, subsidios a los combustibles y a la energía doméstica y un sinfín más. Gracias a "asesores" como Punset todo pasó de ser un servicio social a un mercado capitalista. Además de la cifra todavía no exacta de personas muertas que dejaron de recibir asistencia sanitaria -que nunca fue óptima, pero diez veces mejor de lo que hay ahora- y muchos otros servicios básicos y gratuitos, un elevado índice de mortalidad infantil, el descenso repentino de la esperanza y la calidad de vida, la potenciación de una ya creciente corrupción y el nacimiento del reino de las mafias, Polonia y los países vecinos le deben a Eduard Punset, al FMI, al Banco Mundial y a la Iglesia Católica la terrible desigualdad social existente hoy entre sus ciudadanos, la bajísima tasa de productividad de su sector primario (ahora fuente de empleo precario para el 15% de su población activa) o la deuda externa adquirida luego de "sanear" empresas estatales para venderlas al mejor postor, y crear las condiciones para que el país fuese rentable al FMI. Diez años después del "trabajo" de Punset, en el año 2000 Polonia tenía una deuda externa estimada en 44.000 millones de dólares. En 2009 la deuda externa ascendía a más de 243.000 millones de dólares, y sigue subiendo. Misión cumplida.
"Haz lo que yo diga, pero no lo que yo haga"
Un tipo con el currículum de Eduard Punset tiene que tener espacio en
las grandes corporaciones. Así es de tal manera que tuvo un sueldo como
asesor de la Fundación COTEC, organización creada en torno a la Corona
de España, que aglutina a su alrededor a una Torre de Babel de los
mundos aristrocrático, político y empresarial, tanto nacional como
extranjero. Empresas como el banco BBVA, Telefónica, Vodafone, Repsol,
Endesa, IBM, Iberdrola, ACS, Fundación Focus-Abengoa (con la cual Punset
colabora a menudo) y muchas otras "cortan el bacalao" en dicha
organización. También fue profesor consejero de la Escuela Superior de
Administración y Dirección de Empresas (ESADE), centro académico privado
de élite cuyo patronato está regido por la Compañía de Jesús, no en
vano este centro es filial de la cristiana y católica Universidad Ramón
Llull, de donde salieron y salen los grandes empresarios que
han hecho de este país uno de los más punteros en Europa en temas como
eficiencia y sostenibilidad del modelo productivo. Eduard Punset también
ha sido Presidente del Instituto Tecnológico Bull, multinacional que se
dedica al negocio de las nuevas tecnologías en sectores tan dispares
como defensa, sanidad, transportes o energía. Otro de sus empleos fue
como profesor de Innovación y Tecnología en el antiguo Instituto de
Empresa (hoy denominado IE Business School) que pertenece a la IE
University, universidad privada perteneciente a su vez a la Institución
Internacional S.E.K.. Dicho Instituto de Empresa fue -por algo-
declarado el mejor del mundo por el diario Wall Street Journal, el mismo
cuya propietaria, News Corp. de Rupert Murdoch tiene como miembro de su
Consejo de Administración a José María Aznar. También Punset fue
presidente de la hidroeléctrica catalana Enher, desempeñó varios cargos
financieros en el Banco Hispanoamericano y fue coordinador del Plan
Estratégico para la Sociedad de la Información en Cataluña, trabajando
hoy en día como profesor de Ciencia, Tecnología y Sociedad en la
Facultad de Economía del Instituto Químico de Sarriá (perteneciente
también a la anteriormente mencionada Universidad Ramón Llull), es
director y presentador del programa de divulgación científica Redes,
director de la revista "Redes para la Ciencia", presidente de la
productora audiovisual Smartplanet y miembro de los Consejos de
Administración de Sol Meliá y Telvent.
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