miércoles, 16 de abril de 2014

¿Deberíamos pedir,

por asociación y compañerísmo, que todos los presidentes/as del mundo se peinaran como Kim Jong Un? Sí. Deberíamos hacer una solicitud ciudadana para proteger la personalidad de este mamarracho. Y es que siempre ha habido uno al que han elevado como idiota universal: tenemos a Hitler y su bigote; a la Merkel y su desnudismo; a Einstein con su cara de despistado y pelos a la última moda de París: electrizados; como los lleva nuestra querida y amada princesa Leti. A Franco, que se hacía vestir en boutiques de bebé. En fin, un salivado es lo que le falta, ante la llamada de teléfono desde Corea .del Norte, para pedir a un ciudadano inglés retire de su escaparate de peluquería el careto del muchacho. Éste que tiene la pájara en la mente y con todo el contienente, y resulta que le incomoda estar en un cartel en la puerta de una peluquería, en Inglaterra. Creo yo, que otra cosa sería si la tuviera en la caseta del circo al tiro al blanco. Qué haría en tal caso, ¿pedir la tercera guerra mundial?

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