es una contínua celebración. Sólo faltan la Espe y Francisco Granados para continuar con la fiesta; esta fiesta donde se ve a Mariano pedir baile a Aznar, mientras los demás dan palmas. Creo que era una sevillana, en las dependencias de una constructora de Valdemoro, pueblo de Granados. Este hombre que le achacan ahora que tiene millón y medio de euros en una cuenta en Suiza. ¿No sería la culpa de Suiza por tener tantas cuentas abiertas de los ministros de medio mundo, a los que les agasajan con regalos de baterías de cocina? ¿No llevará razón la Espe cuando engrandece la actuación de despedida de Francisco, aunque la despedida huela a humo de Mini Cooper quemado? ¡Qué forma tenemos los españoles de meternos con los pobres descarriados! ¿Por qué tenemos que colorearle la cara a Francisco Granados porque se equivocara, en un programa de tv. o en un periódico, al responder la pregunta si tenía una cuenta en Suiza con 1.500.000 euros y dijera que no? Se equivocó, el pobre hombre. Le estaban atosigando y dijo lo primero que le vino a la mente; cosa que nos sucedería a cualquiera de nosotros con esa misma cantidad de pasta.
--No, no tengo ese dinero en Suiza--. No me digáis que, después de todo lo robado por los demás, el pobre de Francisco solo tienen millón y medio de euros.
--Éste es un gilipollas--, pensaríamos inmediatamente los españoles ante tamaña cantidad.
Y es que los españoles somos así. Cuando robamos aplaudimos a los cojones del ladrón y le criticamos no haberse llevado más.
¡Qué mente privilegiada tenemos los españoles! No me extraña que nos envidien allende los mares y más allá de los Pirineos.
¡¡¡Fenómenos, oiga, unos fenómenos es lo que somos!
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