para la pedofilia, que en los colegios se impartan clases a los infantes, de 4 a 6 años, de sexualidad. La información para parvularios va en unas pequeñas maletitas de la
señorita Pepi que contiene -menos bolígrafos y cuadernos-, todo tipo de
falos de madera, `penes, vaginas, y muñecos para simular el acto sexual,
de adultos.
De 6 a 10 años, se abordará el tema de la masturbación, los preservativos, la menstruación y la eyaculación.
-Pregúntarme -¿dónde se ha dado tan providencial idea?
-¿Dónde se ha dado la providencial idea?
-En Suiza, la cuna de los masones pedófilos que inundan las aulas, las iglesias, los conventos, los colegios... Este atajo de pedófilos andantes, han distribuido en treinta colegios los sex-box, para deleite de los peques.
100.000 padres han puesto el santo en el cielo, y se han cagado en los padres de la Oficina Federal de Sanidad Pública y del Ministerio de Educación.
Este tipo de educación, lanzado de manera experimental, debería convertirse en obligatorio a partir del año escolar 2014/2015, para «dar a los jóvenes los conocimientos esenciales, las capacidades, las competencias y los valores que necesitan para conocer su sexualidad, sintiendo placer físico, psíquico y emocional», dicen sus ideólogos gubernamentales.
¡Para echar a correr, oiga!
-¿Dónde se ha dado la providencial idea?
-En Suiza, la cuna de los masones pedófilos que inundan las aulas, las iglesias, los conventos, los colegios... Este atajo de pedófilos andantes, han distribuido en treinta colegios los sex-box, para deleite de los peques.
100.000 padres han puesto el santo en el cielo, y se han cagado en los padres de la Oficina Federal de Sanidad Pública y del Ministerio de Educación.
Este tipo de educación, lanzado de manera experimental, debería convertirse en obligatorio a partir del año escolar 2014/2015, para «dar a los jóvenes los conocimientos esenciales, las capacidades, las competencias y los valores que necesitan para conocer su sexualidad, sintiendo placer físico, psíquico y emocional», dicen sus ideólogos gubernamentales.
¡Para echar a correr, oiga!
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