a gusto, y no de forma tradicional. El Rey ha descargado su ira contra la Reina, al hacerla cómplice de todas las desaveniencias que hay en la Zarzuela. El muy... no estaba de acuerdo con el casamiento de la asturiana, con el soso de su hijo Felipe. Ni con el futbolero, ni con el barcelonés. ¿No estaba al tanto su Majestad Juan de que estaba la princesa siendo estudiada y preparada para tal evento? No me lo puedo creer. Y no lo puedo creer porque él siempre ha estado y lo está, al tanto de todo lo que sucede en España y en el mundo. En el mundo (que no el periódico, aunque también) tiene amigos del alma (como Aznar) que le tienen a la última; y ¡ay! del que quiera pasarse de listo y no pasarle las notas correspondientes a tales o cuales eventos. El Rey es como el papa Francisco, se caga en la madre que les parió a todos aquellos que intenten ir contra sus criterios. Menos en el caso de Corinna (caso Juan) y de la masona Cristina Kirchner (caso papa). En todo lo demás cuidadín cuidadín. Y mientras, los ciudadanos nos limpiamos los mocos a expensas de que todos estos mastuerzos salgan, digan, y se mofen de todos nosotros. ¿Nos importa lo que piense el Rey? Una mierda nos interesa
lunes, 3 de febrero de 2014
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