Pues gracias a Dios que sí hubo alguien que la fotografió y asi, de esta manera, tendremos los españoles los bemoles de tirárselo en cara; aunque ésta (cara) sea mucha cara.
Después del juicio volvió en avión a madrid, a Zarzuela, a pernoctar al abrigo del papá, para contarle cómo le había ido el juicio. En el mismo avión fue fotografiada de nuevo por otro periodista que la vió reirse hasta llorar. Aunque la cara la tenga como un trolls. Está claro que tienen claro, que no les pasa nada, y la justicia solo cae sobre los más pobres.
¡Hijos de la gran chingada!
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