Menos salir con su churri, la Rita lo va a prohibir todo. La Rita no quiere fiestas en la calle aunque sean por derecho a reclamar lo que los mismos del PP, se niegan a dar.
La calle se la ha tomado Rita a su antojo, eso sí que no está aprobado en la Constitución; sí lo está el artículo 21. No me extrañaría que entre la Barberá, la Cifuentes, la Cospe, y alguna más iluminada del PP se pusieran a cambiar la Carta para su propio beneficio. Y es que al Pp le viene larga la figura del ciudadano. Para ellos los propios ciudadanos que merecen la pena son ellos. Ellos que se besarían si los morritos les llegaran al pómulo. Aunque, a Rita sí debe llegarla a la boca el instrumento sexual con el que se gana, día tras día, el reconocimiento de su churri. Eso es lo que la interesa a la Barberá y mantener la voz de carajillera, con la que recibió a su Santidad el día que vino a llevarse el diezmo. Hasra tal grado que el Papa tuvo que echar mano de la cruz que lleva al cuello, y amenazarla con hacerla un exorcismo. Ya nos hemos dado cuenta de hasta donde llegan los del PP. Nos hemos dado cuenta que su función es la de robar, imponer, y el lobby gay al que pertenecen desde el presidente, pasando por Gallardón hasta la Rita. ¡Con qué emocionantes sensaciones nos deleitan cada día! Han pasado desde la originalidad del beso en la boca, al beso directo a los órganos sexuales de sus respectivos. ¡Ésto si que sí es, amor en tiempos revueltos!
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