nunca es tarde

si uno se entera. Ayer mismamente lo vi en la tv. Barcelona invierte en un hotel galáctico para economías del estilo de Mas. 3.000 millones de euros es, lo que costaría la instalación de los módulos espaciales (con embajada catalana adjunta  para los extraterrestres que paseen por allí y se quieran inscribir catalanes) y ello nos lleva a pensar a dónde están volando los 20.000 millones de euros que le ha soltado Rajoy para que calle. ¿No irá Rajoy de socio con Mas en esta empresa? En sociedad no habría de pagar los 3 millones de euros que se precisan tener para pasar tres días en una de las suite. Eso sí, los turistas verían amanecer 15 veces al día y darían una vuelta a la Tierra cada 80 minutos. No está claro, aún, si va todo incluído o si la señorita o caballero jocoso y fogoso, se paga aparte.  Cataluña, con la cabeza de Mas, apuesta por un avance tecnológico grandioso y futurista donde invertir, con la intención de repartir los beneficios con los funcionarios que no puede pagar, la docencia por los suelos, los niños pasando hambre, la sanidad sin recursos... Todo esto pasará cuando el hotel galáctico esté en pleno rendimiento. Algún día, esos niños que hoy pasan hambre en cataluña, suban a la estación por invitación del señor Mas. Entonces, desde la Tierra, veremos su nombre en letras de neón rojas amarillas azules, cada vez que de el giro.  Mas quiere perdurar en la historia; que se le recuerde como a Napoleón, Gandhi, la madre Teresa de Calcuta o la Mata Hari política. Mas es mucho más; y se refugia en la política blandiendo un blasón que no le acompaña a la cara que representa. No va acorde con su interior. Está soprepasado de algo que ni él mismo entiende y que ha hecho ideología en vacías mente con ganas de relleno de algo. Mas les ha devuelto una grandeza a esas mentes que antes no tenían, ni tienen.