Esta mañana nos hemos levantado con el anuncio de que Picardo: ese pirata del Mediterráneo y amigo del bucanero Mas, va a ampliar el peñón en varios kilómetros a la redonda, los suficientes para que, Picardo en la cima del pico y Mas en el Montjuic, se puedan saludar mirándose a la cara. Ya lo dijimos en otro post, su intención posterior será hacer una carretera por medio del Mediterráneo que una los dos escollos que tenemos en España. Y los gobiernos de izquierdas y derechas: pasmáos, viendo como unos y otros se pasan las leyes por el forro los cojones.
¡Qué poderío!, el que hay en la Línea con los alcaldes, que van a comer y aconsejar a Picardo, de cómo saltarse a la torera las insinuaciones o amagos, del ministro de exteriores español. No sé si Margallo tiene las manos limpias, pero, al menos, desde Manos Limpias, le están haciendo el juego sucio a la política de derechas, mientras denuncia las tropelías que se cometen en la Nación.
Esto hay que hacérnoslo mirar. Hay que mandar a los políticos españoles al psicólogo, porque están faltos de calcio en los huesos y de una buena tanda de ostias en la cara.
Lo que está haciendo la derecha y la izquierda en España es, para recurrir a las altas instancias de la UE y pedir auxilio contra nuestros gobernantes. En ningún país, salvo Grecia, es capaz de hacer de su territorio: escarnio; ni dar muestra de vender el país y hasta el agua de los floreros si es menester; la prueba: venta de terrenos forerstales en Castilla la Mancha, por la Cospe.
Alguien, tal vez en Bruselas, consigamos nos apoye y podamos (sin armas químicas como en Siria, porque ya tendríamos el gas sarín rociado, por la península , por los americanos), salir del atolladero en el que nos han metido ambas fuerzas políticas y todo, por ambición desmesurada.
Ya no les basta con que los jóvenes tengan que abandonar sus hogares en busca de curro a otros lugares de la UE, sino, que abandonan todo intento de lucha por conquistar nuevos métodos de vida mejores. Las propuestas de innovación y búsqueda de recursos no es más, que una asepsia en la mente política.
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