los sobresaltos...

y en este caso nos lo dá la Reina al anunciar: que se va a Suiza a ver a los Urdangarín. 

¿Nuevo embarazo? ¿Nueva solicitud de pasta al Rey Estado? 

Yo creo que puede haber un poco de todo, y sobre todo cuando nos dicen que la Iglesia condena la pastilla, la marcha atrás y el plástico (tampoco sirve utilizar las tripas de cerdo); y entendemos que no va a haber un obispo presente en cada coíto Urdanga-Cristi. Se lo dejan a la conciencia; ésa, que los obiscos o cardenales no se han enterado poseen muy poca, tanto como masa encefálica Rajoy.

La Reina sigue en su papel de buena anfitriona y entiendo que intente, ante de palmarla, dejar a su hijo en el mejor puesto posible. Aunque, por desgracia para ella, sabe que su hijo no da más allá de lo poquito que le puedan escribir; como le pasa a Rajoy.

Yo la verdad, cuando la sin razón aparece, tengo malos pensamientos; pero cuando la razón retorna a la mente, me pregunto qué va a hacer una madre o dos, cuando los hijos le salen ladrones, como en este caso. Pues apechugar con ello, capotearlo y máxime, cuando han tenido de imagen a imitar: la del Rey Monarca.

¡Qué ambiente más ambicioso se respira en Zarzuela cuando el Rey en hospital, ella en Suiza; el hombre cazando elefantes y conejos en África y ella en Zarzuela! En fin, cómo se quieren ese par de tortolitos; a mí me dan envidia cuando salen juntos y se besan en la mejilla. ¡Qué tierno!
En fín, la deseo que pase unos felices días de paellas, tortillas de patata y buenos cocidos, a orillas de esas montañas espumosas, frías y faltas de sol español.