martes, 3 de septiembre de 2013

un extraterrestre

en la corte de Isabel y Fernando.

Cristóbal ColónResulta que Colón no se hizo ningún retrato, por aquellos dias de sus andanzas. Por tanto, nadie sabe quién fue, ni de dónde salió. El caso es, que por las reseñas de que disponemos, bien podría haber sido judío, o ario, de esos a los que tanto gustaba a Hitler. Sus características físicas eran de complexión fuerte, ni muy bajo ni muy alto, ni muy grueso ni muy flaco. De ojos azules, nariz aguileña y prominente, de cabellos rubios, y don de gentes, con los que pudo convencer a los Reyes Católicos para que patrocinaran su odisea. El caso es, que ni siquiera su hijo Hernando Colón, ha sabido describir la personalidad de su padre!
¿Fue Colón descendiente de los dioses que se unieron a las terrestres?
¿Era tan fácil convencer, por aquellos entonces de 1492, a los Reyes Católicos? A mí me parece que no, y por tanto algo debieron de ver en ese personaje para que no dudaran de su capacidad o que poseyera algo que, a ojos de Isabel y Fernando, les hiciera convencerse de las posibilidades de ida y regreso de nuestro hombre misterioso.
¡Qué fácil es convencerno!, cuando la misteriosa personalidad del personaje va más allá de una simple cuestión de descubrimiento.
Arrivar a América, para Colón, era algo personal, distinto, a lo que los libros de historia nos comentan. ¿Qué pretendía encontrar al otro lado del Atlántico? ¿Es posible que una de esas cosas fuera el de ser famoso en el correr de los siglos? ¿Era conocedor, de antemano, de que perduraría en la historia cómo el descubridor original? ¿Por qué no lo fueron famosos otros, que sabemos pioneros de la travesía? ¿De qué artilugios (ooparts) disponían los indios que interesaba al almirante? ¿Quién le hizo saber de la existencia de esos artilugios no planetarios? Lo que sabemos ha salido de las bibliotecas árabes, judías, coptas y religiones varias, que dan testimonio de que el personaje fue a America con conocimiento milimétrico de dónde iba y con quién se encontraría.
Pero al igual que las pirámides, nadie sabe cómo ni por qué... y sin embargo ahí están.

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