martes, 10 de septiembre de 2013

las rodillas me hacen castañuelas

Un 'relaxing café con leche' en la Plaza Mayor este domingo. | JAVI MARTÍNEZ
cada vez que las estadísticas y el frotar de manos de Rubal Calva, le darían pase de chicuelina a la presidencia.
Siempre lo he dicho y no me canso: los españoles no sabemo de política y nos dejamos arrastras por cualquier tipo de marea que nos llega. ¿El no saber de política nos hace ser mejores? -Rotundamente, no. Nos hace más inseguros. Más inestables. Menos solidarios. Y perdemos por goleada en todos los eventos y relaciones internacionales.
-¡Qué viene la derecha! -Decían los socialistas, cuando las elecciones, a sabiendas de que perdían estrepitosamente. Y ahora resulta que volvemos a los chorizos de antaño. Felipe-Aznar, ZP-Rajoy, Rubalcaba-(¿La Espe?) ¡Por Dios bendito! Si con la conquista de España a través del Peñón, por parte de Inglaterra, vamos a estar mejor... me sumo a los traidores Más, la alcaldesa de la Línea y a cuantos otros hubiera, con tal de perder de vista a los que tan marranamente me han venido vaciando las arcas del Estado. Las arcas del pueblo.
Por favor, que Picardo siga extendiendo el istmo, que vamos para alla todos los españoles a comprar una parcelita, y construir una casita de dos plantas pintada de verde, que con el azul del cielo y del agua, será una cucada; que diría el pijo de Gallardón.
Y qué me dicen de Eligia, la ecuatoriana, que después de estar trabajando en el aeropuerto de Madrid se queda sin trabajo, la pobre, y para más reseñas, en vez de irse a su país, se filtra en el nuestro mendigando con bata de cola para que los japoneses, los mismos que se han llevado los jjoo, la fotografíen y la distribuyan por las redes como la boñiga que representa España. No amigos, los extranjeros que no tengan trabajo en España que hagan las maletas y se vayan al suyo. Que su gobierno cargue con ellos y no, el Instituto de la Seguridad Social (ISS). Y ya les repercutirá A ver cuando despertamos y mandamos a cada uno a su casa y Dios en la de todos. No tengo por qué ser ridiculizado por caretos extranjeros.

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