martes, 10 de septiembre de 2013

lo que la Cospe...

vacaciones fiscales vascas
quiere (como su presi) es, que los ciudadanos nos olvidemos del Caso Bárcenas, que tanto juego le está dando a los españoles y tantos quebraderos al PP. Que nos olvidemos porque lo importante es: la economía. Esa de la que tanto presumía Rajoy, el Corto, y que nos hemos dado cuenta, tarde, por desgracia, era solo de boquilla. La Cospe no ha salido beneficiada del trance (que más parece una cacafonía de Cuarto Milenio) Y es que no se da cuenta de que ha hecho el canelo desde la retransmisión en directo y la retransmisión en diferido: ella se decantó por éste último, y así quedó su fama ante los medios de comunicación y en la mente de los ciudadanos. Y suerte tuvo de que los españoles no la hayamos echado, aún, al foso de los leones.
Al mismo foso que deberíamos echar a  los directores generales de Hacienda de Vizcaya, Félix Ayarza (PNV), y Gipuzkoa, Xabier Olano (Bildu), los chorizos de las "vacaciones fiscales vascas". La UE, someterá a España, al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, por un litigio fiscal a la UE, por fraude de dinero concedido a empresas vascas creadas en el 1993 y 94 y que no existían. La Comunidad solicitó a España, ante tamaño fraude, la devolución del dinero prestado y España, rauda y veloz, se ha demorado lo suficiente para que nos reclamen dos tipos de sanciones: que van desde 236.000 euros, por cada día de retraso en la ejecución de la sentencia de diciembre de 2006. Y la segunda, una suma cuyo importe resultará de multiplicar una cantidad diaria de 25.817,4 euros por el número de días que hayan pasado también desde diciembre de 2006 hasta que se recupere el importe de las ayudas. Total, una tontería que sin duda podremos abonar cuando dejemos de pagar la sanidad, la educación, el sustento a niñós sin recursos, y que sus señorías se suban el sueldo ante tamaño fraude Estatal y de comunidades autonómicas.
Esta, españolitos, es la España que no quieren en ninguna parte del mundo. Esta es la España rampante y choricera a la que nadie gustaría pertenecer. Tan es así, que el COI prefirió llevar a los deportistas a morir a Tokio de radiación, que mandarles aquí a ser rateados, que no rapeados.
¡¡¡Qué vergüenza de país y de políticos!!!

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