que el 23F fue un truco de Juan Carlos para ganarse las simpatías de los ciudadanos. No sé muy bien por qué tuvo que auto atentarse, cuando, con solo haber cambiado lo que nunca cambió..., hubiera sido suficiente. Tantas correrías monárquicas no iban con una población que estaba trabajando de sol a sol y sin que se notara el trabajo. Un momento de transición que solo supo a gloria a la monarquía y a los chupatintas de los partidos que se sumaban al carro de la abundancia y para lamer de las miles del éxito a base de genuflexiones al dictador. Ese señor tan malo pero que llenaba el buche de todos los que ahora le critican. Descendientes de militares, policías y otros cargos de los que se beneficiaban y sacaban sus buenos rendimientos. Recuerdo cuando la pareja de la Guardia Civil venía a casa de mis padres (tenían tienda) a descargar un poco de aquél jamón y de aquella bota de vino que se llevaban por el jerolo o por la jeta… que es igual, que lo mismo era. Personas que se levantaban a las cuatro de la mañana y no volvían hasta las ocho de la tarde para volver a empezar al día siguiente, y deseando que no cayeran por allí otra pareja o el cura a merendar, que también venía hasta que mi padre le dejó caer la hora de las cuatro de la mañana.
En fin;
lo curioso es que el monarca tuvo un pistolero (el francotirador) a su espalda con la cabeza como diana del punto de mira y el muchacho no disparó. Esas cosas que tiene el destino entre el que apunta y el que tiene que hacer lo que tiene que hacer por mandato divino. ¡Con la cantidad de gente que hubiera disparado dada la situación económica como estaba y como está! ¡Cuántos no estarían dispuestos a reventar la cabeza de Puigdemont con una bala de hielo y sin embargo nadie lo hace! Al menos es lo que él ha dejado caer. No sé muy bien por qué lo ha dicho tal vez está bajo de moral, aún con la rumana que le levanta la bandera catalana. ¡Y con la pasta que la pagamos los españoles por izarla! Que es como llamarnos palanganeros. Se lo hemos puesto a huevo. Como al resto de camaradas catalanes. Creo que sobran dos de Cataluña y habría que abrir una colecta para quitarles de en medio y ahorrarnos tonterías y gilipolleces... a parte de una pasta gansa. Vamos si alguno me toma la palabra y se lleva a T y T, por delante. Se comportan como etarras en sus peores tiempos y no deberíamos aguantarles esas muestras de hombría política. Me molesta que dos insectos se subleven contra una comunidad española.
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