es algo que me preocupa, a la vez que comprendo.
¡Cuántas naciones no ha roto la Iglesia!
Lo que me jode es que haya gente que se venda o se deje comprar como traidores a su país. Son como los Judas, judíos en busca de tierra para conquistar. La diferencia con Judas es que este conocía la parte del libreto que le tocaba representar, y estos mamones de políticos no les preocupa desconocer hacia dónde Soros podría dirigir la nave española, mientras ellos tengan chalecos salvavidas. Pero les aconsejo que los revisen no vaya a ser que, a la hora de la verdad, estén pinchados. Ni a los traidores, ni a los chivatos, les quiere nadie después de sus actos. El que se vende a uno... se puede vender a cuatro o a cuatrocientos...
Que digan que a Putin España le importa mucho... es para hacérselo ver. Los países son entidades del submundo donde el más fuerte se come al más débil. A España no la quieren ni en Europa, cuando nos siguen tirando la fruta de los camiones en Francia; desde donde la Merkel vocifera como posesa que nuestros pepinos están contaminados; países donde nos inflan de ayudas obligadas con la dispensa de devolverlas engordadas. Somos gacelas entre un grupo de leones hambrientos.
El caso es que Soros no solo estuvo parlamentando con Sánchez en la misma Moncloa. Sino que ha estado polemizando con Ciudadanos, con VOX y como no... con toda la movida Puigdemont y los otros memos del montón.
Es decir,
que la movida catalana ha sido promovida, promocionada y subvencionada con dinerito de las mismas manos que corrompieron las de Judas. Espero que tomen las mismas medidas de soga que Judas, a la hora de pagar sus arrepentimientos y traiciones.
Ha salido a la luz un libro detallando la influencia nefasta de Soros hacia España. El nivel de atención o mano en llaga que ha puesto al más puro estilo diabólico. Y cómo ha tirado de talonario sin miramiento alguno. Ya dijeron que disponía de mil millones para gastar en traidores, bandoleros, asalta estados, y mariquitas del Orgullo Gay. Todo un personaje siniestro, macabro, e hijo de...
Pero así tenemos las cosas en España. La avaricia a roto voluntades y el demonio ha entrado en nuestro motor político. Y nada menos que se mueve en la presidencia del gobierno.
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