lunes, 29 de julio de 2019

según fuentes penitenciarias

los curas pedófilos se comportaban así, porque habían sido poseídos por un bajo astral. El Vaticano ha implantado una materia para exorcista a 700 euros el curso. Alrededor de 1.000 aspirantes ya se han apuntado, aunque solo será un curso de materia, que no de práctica. 
El Vaticano ha conmovido a la ciudadanía italiana hasta el punto de que sean profesores de universidad quienes puedan también sacarse el título de exorcismo y de esta forma, formar a los ciudadanos para cuando vean un caso de posesión, tengan la preparación suficiente para practicarlo. Así mismo, se le dará un frasquito de agua bendita, con el diploma de finalización de curso.
En el Cónclave se han visto con urgencia el conocimiento y práctica de exorcismo dada la cantidad de gente que está siendo poseída. Homosexuales, lesbianas, gays, transexuales, bisexuales, están a la orden del día y francamente, -han pensado-, que esto no puede ser sino es considerado posesión. 
El día que los mil curas hayan recibido de sus superiores el certificado de exorcista y santa beatitud...: podrán exorcizar a los cerca de cuatro mil curas católicos que se han infestado con el virus de la pedofilia.
El Vaticano ha promulgado la vigilia en toda Roma y se irá extendiendo a otros países católicos en la medida que se vaya viendo el resultado de sus postulados a cargo del padre Fortea. Éste, han dicho los demonios, es más demonio que nosotros y no somos capaces de enfrentarnos a él. Solo su presencia asusta al más malo de los demonios del Averno.
Alguien puede pensar que lo expuesto es una trola. Pero puedo asegurar que se han visto sobrepasados de trabajo por posesión. Se ha incrementado las posesiones en Italia, y alrededores, claro.
Se están dando prisa en preparar a mucho exorcista porque son pocos para hacer frente a tanta gente poseída: -ha dicho el Papa.
Han pensado que como hay tanta inmigración, con nuevos tratados en temas religiosos, no se sabe como afrontar esta mezcla de espíritus mezclándose entre sí. Y han echado mano de la figura del exorcista. 
¡Señor, Señor, no sé dónde ni cómo vamos a parar!

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