Me ha parecido ver a Rufián de un tamaño más comedido al lobo estepario que solía ser. Pero esto no tiene nada que ver con el mensaje directo a Sánchez: tenemos que negociar. Estamos obligados a llegar a cuerdos. La suma de un discurso que más parecía el embajador, de Cataluña, desplazado a España. Le ha soltado que lo de Cataluña y España es un problema político. Que se tiene que solucionar en 48 horas, si quiere ser investido. Flamenco como todo andaluz y dado a regatear, por la influencia musulmana o mora. Que los políticos presos, son presos políticos por el conflicto entre dos Estados.
En la réplica Sánchez le ha contestado que el PSOE va a gobernar dentro del Estado democrático existente en España. Lo ha dejado bien claro en el Hemiciclo. Por lo tanto ha dejado satisfechos a la mayoría de los diputados de diferentes formaciones. Este era un punto clave. Seguidamente le ha comentado que no es un problema político sino de convivencia, y que eso sí lo considera propio de hablar entre las partes. Pero que primero deberían llegar a acuerdos entre las diferentes formaciones existentes en Cataluña: PP, Ciudadanos, ERC, PSC... en fin, todas las estructuras que representen a los ciudadanos sean de la opinión que sean. Por lo tanto le ha desmontado el desencuentro entre dos Estados, sino de una autonomía en conflicto con el Estado. Como queden después de esto... será la madre del cordero. La bancada de la izquierda ha resoplado malestar con la postura de Rufián; desde Borrell, pasando por Calvo y terminando en el Presidente. Es inaceptable la postura de Rufián como la petición que hace desde Cataluña. Admite una herida profunda producida por la constitución. Sobre todo por el 155 que sería -a mi juicio- de muy buen fundamento aplicar.
Espero, sinceramente, que Sánchez sea lo suficientemente juicioso para desmontar la que tienen montada en Cataluña, para que los españoles descansen adecuadamente en España.
Constato que las presiones que puede tener un candidato a la presidencia de gobierno no es moco de pavo. Sobre todo, como en el caso de Cataluña, es una presión con amenaza y que no da pie al insulto.
Debido a este sistema de autonomías y a tanta boca mantenida, como le ha dejado caer Abascal a Sánchez por todos los amigos que tiene infiltrados en asociaciones, Ong, y otras organizaciones a las que se negó el PSOE a entregar relación, nos pasa lo que nos pasa en España. Y creo que hay que deshacer las autonomías para que un solo ejecutivo central, gobierne adecuadamente. Todo lo demás serán problemas a corto y largo tiempo.
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