sobre Felipe VI y no me lo he podido creer.
La noticia hacía referencia al verano azul que se va a pegar el Monarca por las islas Baleares. Todas llenas de gente, incomodidad, regata viene, regata va... Los buenos pinchos de tortilla y la ginebra tónica para bajar la intoxicación de la patata y el huevo.
Mucha gente opina que ser monarca es cualquier cosa. Y están en un gran error, porque a lo mejor le piden regata y a él le gustaría estar con Bárbara Rey. Ah, no, perdón, que le había confundido con el padre. Pues con Eva Sannun, por ejemplo... Y el hombre tiene que dar su brazo a torcer por aquello de contentar a los empresarios. Empresarios que le hacen regalos de vez en cuando y verbigracia.
En fin,
que es un coñazo que el tío tenga que ir todos los años a Palma para quedar bien y no le critiquen. Es que, hasta para eso, el hombre, no puede hacer nada. No puede tomar su monárquica decisión. Y, ante esta mala vida que le regalan, me pregunto dónde irá la reina este año, con las niñas. Tal vez tenga algunos buenos amigos que la hayan reservado un pequeño lugar en algún hotel de alta montaña. Porque ahí donde la vemos... la reina tiene muchos amigos, muchos conocidos y porque se puede ir a Asturias a veranear con los andaluces; porque en Andalucía -imagino-, no se podrá estar este verano. Hasta en Valencia se cuecen las alcachofas al sol.
Todos sabemos que nuestros reyes han estado en un suspiro de separarse y, a lo mejor, en este momento, ya lo han hecho, y me he quedado obsoleto..., pero tenían pensado contratar a Mari Poppins y darse un respiro el uno al otro y viceversa. Tal vez la vuelta de las vacaciones sean decisivas a la hora de romper definitivamente con el eterno matrimonio que desde un principio no principiaba bien. ¡Hasta la habían encamado con el suegro! Ahí es nada! ¡Cuánta boca para comer y decir tonterías!
Nos, mismamente, hemos comentado que las niñas de los reyes no son suyas y que hasta paren por ellas. Madres de alquilar, -vaya. Y, en este caso de su hermana.
Amigos tengo ganas de que los reyes se lo pasen bien. Les dejen hacer su voluntad por una vez. Y no les obliguen a hacer cosas que no deseen. Es muy frustrante ver que una persona vuelve a su casa después de haberse pegado una buena paliza haciendo regatas sin parar, yendo al bar a tapear, mirar de reojo a las guiris descotás, y de noche a gambear… Eso es muy cansino, muy trabajoso, muy innoble para un noble como él. Que es lo más parecido a un viejo jubilado mirando de frente al bufet y sabiendo que no puede comer de nada. Aunque lo haga con visa a tomarse veinte pastillas después. La tentación es muy dura para los pobres viejos delante el pesebre. Y te encuentras en la tesitura de comer como un marrano o el colesterol... Y terminas eligiendo el comer porque el colesterol ya se irá arracimando conforme se vaya acumulando. ¡Qué vidas más duras...!
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