Cada año se dan cita en determinados países el grupo Rothschild, Bilderberg, Dupon, etc. Los Hombres "G", del momento. Los templarios judíos que hacen historia llevando los presupuestos, las directrices de los países de los que son dueño. Unas veces se dan cita 7, 13, 20... Van desde los Hermanos mayores a los pequeños. Pero, cuidado, un pequeño Hombre G, es una pedrada en el ojo de un cíclope. Lo curioso es que cuando llevan a los enanos presidentes, directivos o vicepresidentes o... están presentes solo los títeres de más bajo nivel de las familias. De ahí que se reúnan en público y en un determinado hotel de categoría pero público, al fin y al cabo. Los templarios Mayores no están presentes.
Siempre he dicho que cuando los del Grupo G se dan cita, su virtud principal está en hacer rituales de ofrendas a Molock. Lo más bajo del espectro infernal. Y a quien le rinde culto casi toda Europa, América y África.
Me gustaría saber en qué grado o nivel de implicación han tenido los españoles políticos que han sido convocados con total urgencia, disciplina, mansedumbre y silencio, en la presencia de semejantes pedófilos, ocultistas y sectarios. La verdad es que hoy por hoy, los Templarios, son los encargados de las orgias, las misas negras y el asesinato. Ya en el apogeo de la Orden les fueron arrebatados y cuestionados su modelo de vida y sus vínculos con el demonio Baphomet. Un goyesco al que se le ha atribuido a Juan Bautista dado que su presencia en las iglesias está soportando el peso del agua bendita. Agua, que no olvidemos, servía para entrar espíritus en los cuerpos de las personas. Posesiones diabólicas. Por eso comprendo que los templarios tuvieran de Mesías a Juan Bautista y menos, a Jesús, del que se burla el papa Francisco.
¿Dónde se hacen esos aquelarres diabólicos y ofrendas asesinas de niños y niñas vírgenes?
En castillos, grandes caserones, y sobre dólmenes, de propiedad templaria. Muchos de esos dólmenes están bajo los cimientos de iglesias, catedrales y el Vaticano. Los hermanos de la comunidad templaria tienen los mismos conocimientos y actos que, en la antigüedad, tuvieron Salomón y los oficiantes públicos. En estos individuos han perdurado los rituales satanistas y los mismos mantras que usaba Salomón para comunicarse con el bajo astral. Manifestaciones físicas dentro del Templo a llamado del sacerdote Salomón. Éste fue riquísimo, como atestiguan los escritos que cayeron en manos de los templarios y cuyas riquezas y ritos fueron traídos a Europa. A sus castillos, a sus caserones, a sus fincas y monasterios. Los rituales han seguido con el mismo ímpetu que tuvo Abraham cuando -algo o alguien- le pidió ofrecer su hijo en ofrenda. Un bajo astral haciendo de Dios, o tal vez no. Pero el caso es que Abraham estuvo a un tris de degollar a su único hijo en ofrenda a esa voz. No lo consiguió porque "algo" (tal vez la conciencia retornara al estado natural de Abraham) paró la acción del brazo. Ese "algo" o espíritu que falta o falla, cuando degüellan, acuchillan, sacan corazones de sus cubículos, cuando desangran a niños para beberse su sangre. Todos estos actos lo sufrieron las niñas de Alcàsser. Las decapitaron, las desangraron boca abajo como ovejas, las acuchillaron, las violaron, las vejaron en todos los sentidos de su espíritu y cuerpo. Eso es lo que hacen esa caterva de individuos que dirigen el mundo llamados Los Hombres G. Y otros de las 300 familias que aborregan a los ciudadanos del mundo.
Me gustaría saber si los convocados tuvieron que hacer sacrificios humanos para seguir en sus escaños en las Instituciones públicas.
Lo digo por el bochorno tan enorme que nos están ofreciendo los enanos saltarines de los políticos. No son capaces de llegar a acuerdos entre ellos, porque carecen de la presencia y órdenes de sus correspondientes amos.
346 diputados de diferentes formaciones políticas y sus correspondientes autonomías. Y ninguno ha sido capaz de tomar las medidas de gobierno que necesita España.
346 mentes que no sirven para nada. Están idiotizados por el sistema MK-Ultra. No debe ser muy difícil introducir a 200 personas en una sala preparada para que salgan alienados en sus sentidos y capacidades.
¡Penoso!
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