esa ciudad multicultural donde el más tonto hace negocio y los chorizos su profesión. Por donde Juan Ribó no pasea por sus calles y plazas y desconoce la mierda que te pega a sus baldosas y las pulgas, en los setos de la calle Miguelete, sirven de vampiros de los que paseamos o nos sentamos cerca de ellos. ¡Es que los ciudadanos somos escoria! Aquellos que pagamos los impuestos no tenemos derecho a nada y los chorizos y asesinos, una pensión para su estancia entre nosotros. Pero, como al señor Alcalde no le matan a sus parientes porque ellos viven entre gente pija del estilo del PP, pues entonces podemos quejarnos todo lo que queramos y aguantar a todo hijo puta que se persone, habiendo sido desterrado de sus países de origen. De esta forma tan fantástica tenemos a todo puto asesino, drogata y pederasta... en nuestras comunidades, haciendo de las suyas. El ejemplo lo tenemos en Cataluña donde, los yihadistas acampan por sus respetos y nadie es capaz de poner barreras a sus contiendas. Y donde en Madrid, las maras, imponen su ley a base de asesinatos en las calles. Nos están imponiendo sus leyes callejeras y nadie es capaz de meterles en vereda. Con este clima de inseguridad, llegarán los políticos a levantar barreras separándose de los ciudadanos, a modo de nacionalistas.
Y llegarán y saldrán con esos helicópteros que Rajoy ha mandado a Cataluña para abarcar más terreno separatista. Espero que este despliegue de seguridad del Estado lo pague Puigdemont y Junqueras: ese hermano de sangre, francés, de Delon.
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