miércoles, 27 de septiembre de 2017

qué nervioso estoy

por conocer el resultado del próximo domingo entre los independentistas catalanes y vascos y el gobierno central. ¡No me digáis que vosotros, lectores, no tenéis la misma ansia de conocimiento! Si un independentista siente lo que yo siento por conocer el resultado...., entiendo que deseen una independencia, seguida de otra y otra. Es una espera cargada de una cantidad de adrenalina que no te la da ni siquiera la viagra. Un estado de tensión, que te deja esa chispa de luz en las mejillas: como a Puigdemont, y esa redondez física de Junqueras. Algo estrábico sí, pero con chispa Puigdemont. Y, sobre todo, sabiéndose identificados por ese truán de Trump, que os quiere unidos que no, desperdigados...: cual perdices en rastrojo.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump y el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy en la Casa Blanca.Porque, Mariano, ha ido a pedir refuerzos militares a Trump. Mariano se ve venir esas peticiones de independencia vasca, gallega y valenciana y necesita contratar todos los uniformes que haya vacantes en Europa y América del Norte. No cuenta con los uniformados de zonas latinas, porque no se fía de su lealtad. Los latinos se venden al mejor postor.
Señores: a lo que hemos llegado. A dónde nos han traído estos indeseables de la política. Estos mamones, ladrones, de funcionarios de mierda. Ya os dije que esta guerra era una guerra contra los funcionarios. Esos parásitos, que mantiene la sociedad y que no sirve para nada. Esta es una guerra de bandas llamados partidos, y que tienen partidos, hasta la misma sociedad.
¡Fuera funcionarios que no funcionan! 

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