jueves, 21 de septiembre de 2017

3000 policías

por las Ramblas, y no van de putas. Están disfrutando de unos días de placer gracias a Puigdemont. Están todos hacinados en un barco pesquero de ballenas dado que, en  uno normal, no caben. Harán guardias nocturnas y diurnas, solo faltaba que, una bomba de la CUP, y explotara el barco sin querer. Momento que aprovecharín los chorizos: "todos somos Cataluña", para hacer el agosto. Están buscando las urnas que utilizarán los separatistas el 1-O. Lo que no saben los policías es que las urnas y las nuevas papeletas, las tiene cada uno en su casa, y las llevarán todas juntas al lugar de la reunión. Por eso no las encuentran en ningún lugar. A excepción de que estén tan a la vista, que no parezcan lo que son. A lo mejor están disfrazadas de regalos chinos y sean multifunción. Es decir, piezas de puzle o de camiseta para señor con barriga cervecera. Éste modelo lo utilizarán en las grandes urbes, por el cúmulo de fotocopias que traerán de casa para el derecho a voto.
Si Puigdemont ha comentado que el Gobierno de Rajoy está haciendo el mayor de los ridículos, me pregunto qué definición le da Puigdemont a lo que él y su camarilla están haciendo. Porque no tiene nombre.
Espero que con el tiempo alguien pase de largo este lapsus en la política española. Efectivamente, nunca, en lugar alguno, la gente se ha portado como borregos disfuncionales. ¡Todo para deshonra de los ciudadanos españoles!

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