Este individuo, fundador de WikiLeaks, compartiendo los deseos catalanes de autodeterminación. Personajes como éste que nacen para difundir mensajes de sus amos americanos (CIA: fundadores e integrantes de las SS, alemanas), son los menos apropiados para quitar la palabra a todo un país. España, y, por tanto, los españoles, somos los únicos que podemos tomar la determinación del principio o final de una provincia española. Todos a una: como en Fuenteovejuna. Eso, que no se les olvide a todos aquellos mamones de americanos o difuntos venezolanos. Y, cuanto menos, a los ignorantes argentinos. Dios debería haber sido argentino: hace tiempo que cambió de país; se hizo español; de la piel de toro y de la bota. Hay algunos listos americanos que piensan que somos mexicanos. No les culpo después de haber visto a Aznar hablando con acento mexicano. Y qué decir del inglés patronímico, de la mujer de Aznar; cónyuge de profesor de ese idioma.
Total, que me enorgullezco de aquellos intelectuales españoles que, -a vuela pluma-, saben colegir las memeces de la talla de Assange. Las huestes secretas americanas, (agentes secretos) concurren en muchos estadios de la sociedad. De normal suelen disponer de blogs de fácil aceptación, para una factible desinformación; suelen disponer de pequeños conocimientos sobre determinados sucesos reales; suelen concentrar mucha información de determinados países; suelen parecer perseguidos, para recibir cobijo en cualquier embajada..., suelen vestirse de actores, cantantes, etcétera. Gente famosa que pueda entrar y salir y andar libre por un determinado país.
El propósito de la Orden Jesuita, formalmente establecido por el Papa en 1540, es destruir la Reforma Protestante. Ellos lo llaman la Contra-Reforma.
“Los Jesuitas, por su mismo llamado, por la misma esencia de su institución, están ligados a buscar, por cada medio, recto o malo, la destrucción del Protestantismo. Esta es la condición de su existencia, el deber que ellos deben cumplir, o cesar de ser Jesuitas”. [Las Huellas de los Jesuitas, R. W. Thompson, 1894].
“Hijo mío, hasta aquí tu has sido enseñado para actuar como el disimulador entre los Católicos Romanos para ser un Católico Romano, y para ser un espía aún entre tus propios hermanos: para no creer a ningún hombre, para no confiar en ningún hombre. Entre los reformadores, para ser un reformador, entre los Hugonotes (Protestantes Franceses) ser un Hugonote: entre los Calvinistas, ser un Calvinista: entre los Protestantes (aquellos que protestan y están en desacuerdo con la institución Católica Romana), generalmente ser un Protestante: y obtener su confianza y buscar aún predicar desde sus púlpitos, y denunciar con toda la vehemencia (emoción violenta) en tu temperamento a nuestra Santa Religión y al Papa; y aún descender tan bajo como para llegar a ser un Judío entre los Judíos, para que tu puedas estar habilitado a reunir toda la información para el beneficio de tu orden como un fiel soldado del Papa.
¿A qué huele esto?, a los Protocolos de los Sabios de Sión.
Todos son iguales. Todas las enseñanzas están dirigidas al doctrinamiento de los pueblos.
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