lunes, 25 de septiembre de 2017

entre hacer y no hacer

se le han subido a las barbas al gobierno central. No se puede dar amistad a un alacrán porque, por su instinto, te llegará a picar. Eso nos esta pasando con el independentismo catalán y el vasco. No se puede dar poder, dentro del poder, a quienes toda la vida han estado intentando picarte. Ahora tienen todo el derecho del mundo a hincar el aguijón a todo aquél que no se avenga a sus intereses. Porque se les ha puesto al mismo nivel, sin merecerlo.
Claro, que, eso de no merecerlo es algo que piensa alguien como yo que nivela a todos por igual. Siempre me olvido de que los vascos y catalanes tienen niveles superiores de conciencia. Ya habréis leído en el otro post qué piensan los vascos con relación a los españoles. Los vascos son superiores. Son asesinos a sueldo de la curia. Es verdad que tienen que ser superiores porque matar a gente inocente de cualquier ideología política o sin ella, se debe ser antinatura. Un súcubo ascendido a etarra. ¡Qué orgulloso se debe sentir, Urkullu, de ser demoníaco ascendido, a vivir con los humanos! Por eso se sienten distintos, porque arriban de lo más infecto del averno. Ahora sí creo en el infierno, por mucho que el papa nos quiera hacer creer que no ha existido nunca. Yo nunca creí en el averno, hasta que lo divulgó Franc. 
Este majadero de Urkullu, dice reconoce solo dos naciones.
y digo yo:
"Cuando estábamos vivos, comíamos higos; ahora que estamos muertos, andamos los huertos".
Eso es lo que debe considerar el Estado central. Los etarras están muertos y enterrados; los catalanes están bajo el poder de la legalidad: están muertos y enterrados. Si no se considera así, los españoles estamos vendidos a la Santa Compaña.

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