Han baalaado, esta mañana, que van a convertir Cataluña en la Venezuela de los Pirineos. Se van a rodear de un enjambre de hombres de negro, para disuadir a la policía de sus deberes constitucionales. Me imagino que los hombres de negro son aquellos que acudían cuando aterrizaba uno de los de la CUP por Nuevo México (objeto redondo y seboso no identificado), o, acaso tratarse debe, de los yihadistas, que acampan por Barcelona y que están negros por falta de higiene, como le pasa a Junqueras (el ovninauta). O, tal vez, de los etarras del ovacionado Otegui; que les queden trajes por la bomba del Hipercor.
Los catalanes están desamparados.
Los policastros de mierda han acumulado toda la miseria mental que da el poder y por eso, tienen de modelo la dictadura de Maduro y de Franco, al que tanto odiaban.
Sistema de poder dictatorial como para ir contra su misma gente catalana. Pero claro, cuando decimos gente, no hacemos referencia a aquellos pazguatos normales, no, Ellos son los pijos de toda la vida. Los que han ido quedándose hasta con el hambre de los demás, y están acostumbrados a vivir bien, al margen del pueblo...
Y, Mariano, huyendo como rata. ¡A cobarde que huye, puente de plata!
Y, los Zipi y Zape, de Montoro y Guindos, endulzándoles la independencia con más euros, para que puedan seguir comprando las urnas y las papeletas requisadas por la Guardia Civil. El mismo Estado, contra las Fuerzas de Seguridad. Lo nunca visto. Bueno, sí, en casa de los podemitas.
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