a la que se le haya practicado tanta propaganda como a Cataluña.
Sin quererlo -o tal vez sí-, ahora conocen a los catalanes hasta en la sopa. Y no hay que recurrir a las embajadas que ha ido abriendo por el mundo porque, de hacerlo, sería, de España, lo más conocido.
¿Qué supone eso para un jefe de gobierno de una comunidad? Llenar de adrenalina y ego personal a un individuo que tiene menos luces que una bombilla de 25 wat. Por este motivo sigo mirando hacia Cataluña para ver si, alguno de los politicastros, nos enseñan algo de cultura general, ya que, de otra forma de cultura, adolecen por completo.
Tal vez sea por el físico, por lo que han encontrado acomodo en la política de clase. Esa clase vampírica que ha estado chupando del resto de las comunidades desde que la Constitución entró en vigor. Lo malo de la Constitución es que todo vale. Cualquier individuo tiene cabida, y si le dejan: decir la más grande de las tonterías. Que, a veces, los rebuznos, son generalizados y de granja asnal.
Por, tanto, llego a la conclusión de que, "muchos cocineros arruinan el caldo". Y eso es lo que está sucediendo en Cataluña. Todos los mangantes y asesinos se han dado cita en la comunidad con el propósito de sacar tajada de ese caldo. Y me parece vergonzoso que la grey les vote porque a alguien hay que votar. ¡A los asesinos, tarados y mangantes, no hay motivo para votarles. Si desconoces a quién votar... coño, no votes. No le des pábulo a un descerebrado para que lleve tus intereses sabiendo que vas a perder. No caiga en un Bankia, en unas preferentes, en una filatélica, porque ya debes tener conocimiento de que aquello que no manejas: se puede volver contra ti. Son muchos los engaños por los que ha pasado la sociedad, para que en estos tiempos dejemos nuestro futuro en manos de descerebrados mentales, de psicópatas y asesinos. Luego no nos quejemos de que no hemos leído la letra pequeña; lo malo es que tampoco hemos comprendido la letra grande. ¡Así nos va!
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