miércoles, 20 de septiembre de 2017

qué hemos de hacer

si los misiles coreanos los tenemos muy lejos; como lejos la desgracia del terremoto ocurrido a los mexicanos..., pues volvemos la mirada a Cataluña.
De buena mañana la Guardia Civil se ha personado en la casa del pueblo catalán a buscar indicios suficientes para el golpe de gracia, al golpe de desgracia, catalán. Entre papeleos varios se han llevado esposado al segundo de abordo del yate de Junqueras: hermano francés de Alain Delon. Éste, Junqueras, ha montado en la burra del cabreo y ha despotricado como inaudito que en una Democracia sucedan cosas así. Lo malo de las democracias es que todo entra a formar parte de la misma: hasta los golpes de Estado. Y no por ello es insalvable la defensa de los que acatamos las leyes sociales y políticas. Porque, si no fuera así...: mañana me hacía republicano independiente de mi casa y no pagaría impuesto alguno al Ayuntamiento. Amén de subirme el sueldo como lo va a hacer Montoro, en compensación al derrumbe del golpe al Estado. Y no es poca cosa lo que se van a subir: un 7% a sus enflaquecidos sueldazos. Eso si, a los jubilados con que les suban un 0,25% van que chutan. Lo que supone un euro en las mejores pensiones. ¡Joder que avispados están estos funcionarios, del carajo! Pues esto tiene el mismo cariz que la independencia de un territorio. Aquellos se quieren hacer con todo; y estos ya lo tienen todo. Aquellos quieren tener su Hacienda, su policía, sus bodas y defunciones...; y estos quieren apropiarse de todo aquello. Mirado bien si se hicieran 17 Autonomías independientes, ¿qué carajo seria tener un gobierno central? Evidente sería que España ya no formaría una nación. Sería una nación de naciones: como dice Sánchez. Y ni siquiera eso: sería un territorio de lo que fuera: autonomías, naciones, países, cotos, provincias, regiones, puticlub, condados, lindes con..., etc. O llegarían a ser repúblicas monárquicas, donde el galán de noche, se tomaría la cosa de diferente forma.  Tal vez, así, su hermana y su cuñado no serían chorizos nacionales; sino que lo serían cantonales. Y podrían ir de cantón en cantón sableando las haciendas sin que repercutiera en la linde de al lado. ¡Qué cutre de política!
Menudo rapapolvo de Gabriel Rufián a Rajoy. Ese seria el momento oportuno de practicar el 155. Rajoy es manso, laxo, jovencita novicia de las hermanas santas de la caridad. Y así le va; que cualquier individuo que se llame Rufián, le ponga las peras a cuarto. ¡Pues nada, nada, maricón, con tu boca te las comas!

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