y desde esa organización pro estados, se levanta la voz del director general Tedros Adhanom Ghebreyesus
diciendo que la pandemia más grande que tenemos no es vírica, si no que es climática.
Como vemos en la imagen, Tedros tiene un pequeño tic en la pierna izquierda que le hace parecer un poco siervo del envarado chino, como monolito plantado o muñeco de todo a 100.
Y es que el director general de la OMS tiende un mucho hacia el comunismo. Es más, Tedros es miembro del régimen comunista que ningunea los intereses de la población etíope, en Etiopía. Un país donde China viene invirtiendo grandes cantidades de dinero.
Como estamos comprobando, está todo corrompido por intereses comerciales. Y, China, se lleva la palma. Creo que son los únicos del mundo, los chinos, que saben que el dinero es papel mojado que se puede descomponer. Por ello consiguen desviar dinero de todos los países donde ponen el huevo, hacia otros con "posibles", pasado el tiempo. Y lo consiguen. Lo consiguen porque juegan a la bolsa a largo plazo. Los chinos no llevan prisa, porque saben que no pueden salir del planeta, aún. Pero están a la espera de encontrar los medios necesarios ubicados en el continente africano. Los chinos no paran: son como las hormigas, siempre adelantándose al futuro.
A China, el resto de países la están haciendo la más fuerte, la más asesina, la más indiferente al mundo. No hay más que ver lo que son capaces de hacer por matar a todos los uiguren. Han sido capaces de invertir cantidades enormes de efectivo y materiales bélicos a los talibanes, con tal de que les reporten a los uiguren que viven cerca de China. Xi Jinping tiene una debilidad siniestra contra las familias uiguren que nadie quiere ver. Son los donantes de órganos sacados frescos, en el momento, para su venta inmediata a quien lo solicite. ¿Hay algún país que haya metido baza en los desmanes asesinos contra esa raza? Ya se lo digo yo: No. Están fuera de onda del resto de países como si no existieran. Como si esa raza naciera de o por milagro. Esos individuos son hijos, con padres a los que utilizan como supermercado de órganos. Todo gracias al poderoso e imperialista Xi Jinping. Que los demonios te lleven, siniestro individuo.
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