jueves, 4 de julio de 2019

la Iglesia bajo la supervisión

de los adictos a la fe. Ya no es suficiente que la gente tenga fe sino que se flagele y adquiera el cilicio como dolor primario. El dolor por encima de la Revelación. Como dolor que mitigue los pensamientos hacia el diablo... sin saber que el dolor es la antesala del Infierno. No fuimos hechos para tener fe ni dolor. Fuimos hechos para adquirir la certeza de la esencia divina que mueve el Universo, y de saborear el placer que se siente a través de nuestro universo corporal. Aquel que renuncia a su cuerpo, difícilmente adquirirá el conocimiento intrínseco que habita y le fortalece. La Iglesia ha sido la guardiana de que el Conocimiento no fuera transmitido de generación en generación. La fe fue el utensilio que fabricaron para que el individuo no supiera qué ni quién es ni para qué está aquí. Una simple palabra que ha retrasado lo que el sexo evolucionaba. Dieron fe por autoconocimiento, y pecaron el sexo como evolución.
Todos sabemos que los grandes padres religiosos era gente abierta a todo tipo de conocimiento. Las artes, las letras, las pócimas, la investigación a todos los niveles y sin cortapisas. Sin hacer caso de "in coena domine", o bulas papales... que solo servían como manipulación, como dominio del mundo y sus pueblos.
El Opus vuelve a resucitar el llanto y crujir de huesos o valle de lágrimas. Realmente saben que se les va de las manos la fe en la religión católica. Antes se les hubiera ido si la gente hubiera comprendido que la religión católico pertenece a Egipto. Que es una copia exacta de las divinidades egipcias y sus mundos infernales y divinos. 20.000 años coligiendo voluntades hacia unas divinidades inexistentes.
¡Así nos va!

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