lunes, 17 de diciembre de 2018

se quejan los agricultores

y también los consumidores.  
Se quejan los agricultores de que la naranja valenciana está al mismo precio que hace 40  años. También habría que decirles a los agricultores que la mano de obra que tiene hoy en los campos está al precio de 40 años.
Se quejan al Gobierno de que no toma las medidas contra la UE, espero que proporcionen las peonadas a la Unión, según precio migración.
¿Por qué tienen a todos los sudacas trabajado el campo y ningún español?
Porque -según los contratistas sudacas-: los españoles se quejan mucho y denuncian a la empresa o empresario.
Es muy posible que así sea, pero demuestra que ningún empresario de la naranja tiene escrúpulos a la hora de pagar miseria y compañía.
Voy a proponer que tiren a todos los migrantes de España y de los campos y paguen con arreglo a convenio a los españoles, y el que no quiera ir y esté en el paro: pierda el paro y los futuros. Y el que siga contratando inmigración se vea con el cítrico en el suelo para que se pudra. Esa cosecha y las cien mil siguientes.
¡Qué fácil quejarse y no son capaces de luchar contra el intermediario que valora la cosecha y la vende a precio de oro!
Cerca del euro cuatro naranjas; así se puede hacer negocio teniendo la cosecha adelantada antes de que brote el fruto.
Las pérdidas, por desgracia, las paga el consumidor: desde si la cosecha ha sido mala, como el transporte, como el beneficio del transportista, como el beneficio del camión, como el beneficio...
Por demasiadas manos pasan los productos, dejando en cada una de ellas, un beneficio de escándalo.
Ya está bien de quejarse y beneficien a los españoles que están en paro en vez de toda esa chusma que nos envían, que son los parados de sus países. 
¡De escándalo
ver como en un lugar oficial, u hospital, se arremolinan cuatrocientos individuos a aparcarte el coche con la consiguiente hospitalidad española de: o me das o te rajo las ruedas!
Mientras la víctima aparece están llamando por teléfono móvil a la familia que dejaron en África para venir a levantar España. A levantar España de aparcacoches. ¿Desde cuándo un puto español ha necesitado un aparcacoches? Ahora sí. Se lleva mogollón. Como ver a individuos de 35, 40 años, sentados con el vaso pidiendo limosna. 
¡Alucinante!
¡Ya está bien, cojones, a ver si tenemos los bemoles suficientes para decir !"hasta aquí; rien ne va plus!

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