En este video podemos elucidar que la reina ha tenido problemas con el protocolo italiano, en la versión política. Al parecer la reina Leticia no ha tenido a bien que dentro del protocolo, el rey, su marido, aceptara la invitación en solitario para hablar con la primera ministra italiana. A la reina le han tenido que explicar la normativa o normalidad de este encuentro entre la primera ministra de un país y el monarca de visita. Se supone que el encuentro es normal para charlar (¿...?) de todo aquello que sea privativo en política, entre ambos países. Todo sabemos lo mal que se lleva Sánchez contra aquellos países de tendencia NO socialcomunista. Por tanto, Meloni, no es de especial simpatía para su majestad el primer ministro español: Sánchez. Éste aboga más, por Venezuela, Cuba, China, etc. lo mejor del imperialismo soviético. <<En esas aguas nada mejor>>.
Bueno, la cuestión es que Sánchez no flota bien en ningun agua. En la de Bichy, a lo mejor sí. Pero no siempre. Tan es así que no la lleva de cátering en el Falcon. Como agua de la amistad y el coste de 200.000 euros que nos cuesta el cátering... ya podría llevar agua de Bichy. Por si algún día me da por hacer uso del <<tan>> utilizado avión. Este avión debe ser la polla marinera.
Total,
que al igual que en este video hay una explicación un tanto razonable del mosqueo que tenía la reina, en otros videos aducen a un problema que padece Leticia en los pies. Con tanto protocolo en pie, y tanto pasamano... la reina se ha sentido dolida por el neuroma de Morton, en el pie izquierdo. Vaya, del pie que cojea en política. Ya es casualidad.
En fin
no está siendo un viaje muy positivo para el monarca español tener que lidiar con la reina e intentar quedar bien con la primer ministro italiano. Veremos cómo al fin queda toda esta odisea para Felipe, que, a la postre tendrá que ir solo a los sitios, acompañado del correspondiente ayudante personal.
¡Que Dios nos coja confesados!
¿Es posible que en Zarzuela el rey duerma amenudo en el sofá como el resto de mortales?
Si es así, se va a tirar una buena temporada haciendo hueco en la tapicería gris del sofá de tres plazas, junto a las butacas de Luis XV. ¡No le arriendo la ganancia!
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