viernes, 26 de diciembre de 2025

Feliz Navidad

 
solemos decirmos cada año que revivimos al niño Dios. Y lo hacemos conscientes mediante un aquelarre para poderle matar unos días más tarde. Es una enjundia propiciada por la iglesia (que se hace llamar católica, apostólica y romana) cuando no tiene nada que ver con esa definición. El cristianismo no nace o deriva de Cristo. Porque no hubo un cristo que le diera nombre a un evento que debió haber sido derivado a la justicia como delito de sangre. Además era visible la acción y condena que le debieron ser practicada a aquel ecce homo que nada habia hecho según los mismos que le dieron muerte. Esto es un uróboro que se repite años tras año por los descendientes judíos como insulto a ese que tuvo sus dudas clavado, modus romanus, a un leño, como aviso a todos aquellos que tuvieran o tuviesen la idea de seguir los pasos del crucificado. Ese invictus personaje que tuvo el coraje y valentía de dejarse matar (podría haber huído por cualquier lugar y no lo hizo) para darle vida y ejemplo de tiranía a lo que venía siendo un dominio romano no muy bien vivido por los judios, aunque necesarios para sus desmanes internos. Unos soldados que llevaron a cabo la macabra y desleal camaradería por mandato del propio sanedrín y los calentones reales. Fue asesinado por sus propios camaradas representantes religiosos, sin ningún sonrojo. Siguen haciéndo el recordatorio cada año con mayor crudeza que en el siglo I. Solo hace falta ver a los curas entre tanto dolor y lágrima reflejado en las imágenes que ellos mandan modelar a la forma más cruel que se puede dar, en visión, a un pueblo carente de ideas propias. Es un institución levantada para el sacrificio interno del individuo hacia unas entidades que nada tienen que ver con el amor y sacrificio hacia su igual. Bien lo dijo el cardenal Gabriel Amor: <<por debajo de las puertas del Vaticano huele a humo de Infierno>>, y dada la experiencia de Bergoglio cuando expresó: <<el Demonio existe, y yo he hablado con él.>>
Ojalá hubiéramos podido hacer, con la figura de Pedro Sánchez, un belén con la misma avidez con que  avisamos de la fecha de fin de año y de su dimisión como presidente de gobierno. Año nuevo vida nueva. Reponer lo viejo con gente nueva y mejor preparada políticamente. Y esto esta extensible al Felipe VI y su inmadurez en la Zarzuela. 
Han estado estos días los periodistas y analistas madurando las palabras de Felipe por si encerraba un código secreto, nuevo. Nadie se ha dado cuenta de que el haber felicitado a los españoles en estas navidades, de pie, ha sido por culpa de unas almorranas que le tienen impedido grandes avatares. Al parecer, los ungüentos y aparatos de distracción no sirven para mitigar los picores y escozores que deben deribarse de las almorranas bien alimentadas con vinagre de temporada. Vinos de las Bodas de Caná.
 Bodas de Caná - Wikipedia, la enciclopedia libre

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