un poco de por favor

es todo lo que pido. Que tengamos un poco de dignidad frente al fracaso de Sánchez, como presidente del gobierno, y pellizquémonos un huevo si tuviéramos la idea contraria.

El Hombre lo está haciendo lo mejor que puede, lo que pasa es que no tiene la gente idónea a su alrededor. Aún me pregunto ¿qué hace un ministro como Pedro Duque y a qué dedica su tiempo de trabajo? El libre me da igual. El que me inquieta es el de trabajo porque no tiene pajolera idea de nada que sea social. Ni social ni nada. Creo que el día que subió en el Discovery le tuvieron que empujar y eso que iba drogado. Con mendrugos como Duque y Ábalos, el presidente no va cara al aire. Y como vemos en la imagen va de cabeza. 

Es, -y entiendo-, lo que necesita Sánchez: el Falcon y el helicóptero. En las alturas es un hombre nuevo sin necesidad de tomar aspirinas ni nada que sea políticamente incorrecto. El Falcon y el helicóptero, y el periodista personal, y se abstrae de cualquier problema en el que le están comprometiendo.  Él solo quiere pilotar la nave llamada España, e imaginarse como un verdadero halcón, violando la ley de la gravedad, subido en el Falcon.  Todo lo demás se puede ir al carajo y a la Zarzuela. Con el Falcon, el helicóptero y la Moncloa y esporádicamente el periodista particular...: y se imagina el rey del mambo. ¿Por qué, entonces, hay gente que quiere producirle dolores de cabeza y desmayos varios? Él, que no se desmaya mirando la altitud conseguida en la aeronave falconiana, o en los virajes efectuados por la libélula en formato helicóptero, y resulta... que le tienen que perjudicar las cosas menos importantes de su mandato. Joder, ¡es que así no se puede gobernar!  Le están cabreando y es muy posible que adopte la actitud de independentista o etarra, y se eche la manta a la cabeza y se disocie o independice de la sociedad española. Esto lo está pensando desde que le hicieron Presidente. La sociedad española es muy pesada, muy cansina, y muy hija de p... ¿Dejadme vivir? Observaría alguien que tuviera poderes mentales, o le llegase a un tercio de los que tiene Sánchez. Vería una exclamación que le sube de muy profundo y que dispara una luz de SOS. No la luz que veía Rajoy al final del túnel. Esa, No. Ni el germinar de los brotes verdes que veía Zapatero. Eso, tampoco. Sería algo onírico que retumbaría como eco cabalístico en el Big Bang, del Cosmos. Una pedantería sumada a su incapacidad craneal para dirigir un país. Eso es lo que vería alguien con capacidad de mirar dentro del cráneo de Sánchez. En ese cráneo no hay luz. Solo momentos gloriosos que producen el big bang de La Causa y El Efecto. ¡Que Dios nos coja confesados!