Algo parecido están siendo las investiduras de Sánchez... por obra y gracia del Espíritu Santo y del monarca: reacio a llevarse mal con la izquierda. Un monarca que, como Jesús, vaga errante por su reino de mangantes, sin que nadie le ofrezca agua para lavarse las manos, ni refrescar la cara, tan normal entre los judíos. Esos, judíos, que distribuyen sustanciosos beneficios a aquellos pueblos dirigidos por chorizos y maleantes. Dícese del pueblo catalán, el pueblo vasco, y el pueblo gallego. Este pueblo -hasta los huevos-, de que algunos se beneficien de los traficantes de drogas, (véase los amigos ricos amigos de Feijóo); mientras el pueblo tiene que salir a faenar, haya la marea que haya, porque no hay otro medido de ganarse el sustento diario. Esto, amigos, son las conocidas como Bodas de Caná. Esperar el momento oportuno y untar a diestro y siniestro para adentrarse cada vez más en las instituciones públicas y con un poco se suerte... al final... hacerse con el Estado convenientemente preparado para ello. Si en Inglaterra hay un judío de alcalde qué podemos esperar para dentro de pocos años. El Alandalus sigue en pie y en la mente de aquellos que quieren recuperar la -mano de obra- que hizo esos monumentos. Y, -los propios monumentos-. Estos, los monumentos han sido utilizados, usados, beneficiados por la Iglesia Católica y el apoyo de grandes cantidades de dinero para su restauración. Patrimonio Mundial... No. Patrimonio judío, cuando tengan el camino libre para su adquisición. Gracias, sin duda, a la ayuda de estos políticos que les son afines a sus egocéntricas formas de apropiarse de lo que perdieron hace 500 años. Y no exagero cuando creo que su ira ha ido cresciendo a la par que recibían la premisa de boca a oido de sus herederos. Nuestros Reyes han sido hogar y voz para toda esta ralea de hermanos reparidos por la geografía del planeta porque no han tenido nunca donde poner el culo para cagar.
domingo, 5 de enero de 2020
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