la primera lavada de cerebro la tenemos en el Paraíso: con el caso del reptiliano en forma de mujer, Lilith, dando la manzana a Eva; también conocido por El Pecado Original.
Luego vendría la tribulación de lenguas en la Torre de Babel: un desbarajuste del hemisferio cerebral izquierdo de proporciones diluvianas.
Después nos volvieron a reeducar con la introducción de la religión católica de Pablo: y distribuida por Constantino.
Después vino el recuerdo del lavado de cerebro por parte de los nazis. Una idea de los judíos sionistas la Segunda Guerra con vistas a seguir con el lavado de cerebro. Y ya se quedaría como nota dominante a través de determinados organismos MK Ultra. Los cuales disponen de utensilios sacados de la primera comedura de tarro del Paraíso. Uno muy conocido es el Arca de la Alianza, cuyo poder consistía en desprogramar cerebros, por lo que la persona que lo usaba tenía que ir vestida con ropas especiales. No contentos vino otro regalo de los dioses con el Arca de Gabriel: que como no saben programarla..., casi nos quedamos sin la Antártida.
La programación surtió efecto con todo ello en la época de nuestros antepasados. Aquellos terrícolas que nos dejaron las pirámides con vistas a tener una influencia dañina para nuestras mentes. De aquí que el planeta entero esté plagado de pirámides con la intención de derretirnos la masa encefálica. No contentos con esto, Tesla, fue elegido para crear el HAARP: Condensación de energía que lanzada contra los anillos de Van Allen, puede descontrolar o controlar la atmósfera: lluvia-sequía, terremotos, maremotos, tsunamis. A la vez que penetra por antenas, -hábilmente distribuidas por dentro de las ciudades-; -que pensamos que son de telefonía- y que sirven para licuarnos el poco seso que nos quede. Entre las antenas y las medicinas, las almas, van por la ciudad como zombis en busca de carroña.
Solo os pido en fijaros en la gente mayor que camina con los ojos fijos en un punto, pero sin darse cuenta de que va andando.
Siempre nos lo dicen: las personas mayores y los chiquillos, son más propensos a este tipo de ondas electromagnéticas. Estamos siendo bombardeados por este sistema de ondas eléctricas que desorientan nuestra percepción de la realidad. Nuestro cerebro está siendo manipulado y desorganizando la percepción extrasensorial. Tenemos nuestra energía vibrando a hercios cada vez más distorsionados como los pilses y dilses en una televisión.
Estamos jodidos.
Estamos jodidos.
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