es una forma de presionar a Sánchez de que se ponga las pilas y devuelva a cada comunidad la multimillonaria cantidad que, Hacienda debe, a cada una de ellas. Y, Sánchez, ha decidido pasarse las prisas por la entrepierna. Si nadie se pone a tiro a formar coalición con el PSOE, para la investidura de Pedro, no va a pasar de la bocana del puerto. Va a continuar con los presupuestos que Mariano Rajoy dejó hace dos años.
Creo que el Rey debería poner algo de su parte ahora que su padre ha salido de la operación renovado y contento. Sería como hacerle un guiño una al pueblo de gratitud por la alarma ocasionada, y corregir los malos vientos ocasionados por este atajo de sinvergüenzas políticos que tenemos. Ni, uno solo, se salva de la quema de ser señalado como un mierda sin fondo.
Hace falta ser católicos, apostólicos y romanos, para tener a los españoles a la deriva cuando más falta nos hace -por los embastes catalanes y vascos- una mano que ponga tiesa la mesana y apriete con fuerza el timón. Los vientos, este año, vienen con la gota fría y el corazón caliente... sino que se lo pregunten a Torra que ha llamado a consultas a sus muchachos callejeros para darles las órdenes de emboscadas, revueltas, y demás zarandajas... bajo una cuota mensual convenida, con cargo a la hucha pública española.
Ahí, sin duda, estará metido Otegi, que hará de profesor de terrorismo a los yihadistas que mantiene la comunidad de Torra.
En fin, amigos,
que las cosas continúan igual después de que el pueblo ha tenido la gentileza de ir a votarles Las Navidades Pasadas (esta frase me recuerda a un título de película), y seguimos en las mismas todo este tiempo sin dar golpe.
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