Mediante el uso de drones, el asesinato selectivo con precisión
se ha convertido en una rutina.
Las últimas armas letales que emplean los EEUU, son aeronaves no tripuladas tales como el MQ-1-Predador o el MQ-9-Reaper, que conocemos como ‘drones’ y que desde una altura segura son capaces de espiar sus objetivos pudiendo disparar misiles ‘Hellfire’ y, recientemente, también misiles ‘Scorpion’. Éstas figuran entre las llamadas ‘small smart weapons’, armas pequeñas, hábiles e inteligentes, no más grandes que la funda de un violín y que pesan unos 16 kilos. Hasta la fecha, se encuentran ya repartidos por todo el mundo más de 60 estaciones o bases para drones. Un dron del tipo Reaper tiene un alcance de casi 2.000 kilómetros. Con una carga máxima de misiles Hellfire o bombas GBU-12 o GBU-30 de 1.700 kgs a bordo, es capaz de mantenerse entre 16 y 20 horas en el aire. Un informe de la oficina presupuestaria del Congreso estadounidense menciona en 2011 que el Ministerio de Defensa para la próxima década tiene previsto adquirir unas 730 aeronaves medianas no tripuladas, esto es, 730 drones del tipo Reaper.
Las últimas armas letales que emplean los EEUU, son aeronaves no tripuladas tales como el MQ-1-Predador o el MQ-9-Reaper, que conocemos como ‘drones’ y que desde una altura segura son capaces de espiar sus objetivos pudiendo disparar misiles ‘Hellfire’ y, recientemente, también misiles ‘Scorpion’. Éstas figuran entre las llamadas ‘small smart weapons’, armas pequeñas, hábiles e inteligentes, no más grandes que la funda de un violín y que pesan unos 16 kilos. Hasta la fecha, se encuentran ya repartidos por todo el mundo más de 60 estaciones o bases para drones. Un dron del tipo Reaper tiene un alcance de casi 2.000 kilómetros. Con una carga máxima de misiles Hellfire o bombas GBU-12 o GBU-30 de 1.700 kgs a bordo, es capaz de mantenerse entre 16 y 20 horas en el aire. Un informe de la oficina presupuestaria del Congreso estadounidense menciona en 2011 que el Ministerio de Defensa para la próxima década tiene previsto adquirir unas 730 aeronaves medianas no tripuladas, esto es, 730 drones del tipo Reaper.
En octubre de 2009, el
investigador del CDH, Philip Alston, instó a los EEUU si tenía que atacar
mediante drones que procuraran no matar a la gente indiscriminadamente y al
azar. Criticaba que los EEUU pasaran de las advertencias formuladas por las
Naciones Unidas, considerando “problemático que la Agencia Central de Inteligencia estuviese dirigiendo un programa que
mata a un considerable número de personas, menoscabando y desatendiendo la
legislación internacional”. El representante norteamericano, en cambio, alegó
ante el CDH que las acciones militares de EEUU no entraban en el ámbito de
competencia de ningún representante que la ONU pudiese nombrar para investigar ejecuciones extrajudiciales, sumarias o
voluntarias.
"Esto no es un programa de guerra, sino un programa para matar y asesinar".
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