sábado, 21 de febrero de 2015

algo ya comentado

con nuestros compañeros de tertulias y amigos varios.
Las guerras no son más que una fuente inagotable de recursos orgánicos. Otra, las abduciones de jóvenes y niños que desaparecen anualmente y que nadie vuelve a saber de ellos. Los órganos son reclamados diariamente por un sin fin de gente con pasta para sus seres allegados.
Un diplomático iraquí de alto rango comentó el martes que el Estado Islámico está sustrayendo órganos a sus víctimas, para financiar operaciones de la organización terrorista. Y aunque suena horroroso, es poco probable que ISIS esté operando en la misma escala que el Partido Comunista Chino.
No está claro cómo procede el Estado Islámico, si las víctimas son civiles o guerreros enemigos (o ambos), o a dónde van los órganos. El Estado Islámico ha estremecido a muchos con sus espantosos videos de ejecuciones que muestran las decapitaciones de sus rehenes, crucifixiones de soldados y personas a las que queman vivas. En este contexto, no sería sorprendente si la organización terrorista estuviese también involucrada en la sustracción de órganos a personas con vida.
El diplomático iraquí, embajador Mohamed Alhakim, expuso la sustracción de órganos en una reunión durante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, del cual China, Rusia y Estados Unidos son miembros permanentes. Él explicó que en tumbas masivas se encontraron cuerpos con incisiones quirúrgicas a los cuales les faltaban órganos como hígado, él declaró que los estaban vendiendo para ayudar al grupo a financiarse.
En China, donde surgieron primero las denuncias de sustracción forzada de órganos en 2006, los órganos son vendidos en hospitales manejados por el Estado, a chinos millonarios y a extranjeros, por cifras superiores a cien mil e incluso por doscientos mil dólares. Las víctimas son prisioneros de consciencia, principalmente practicantes de Falun Gong, una práctica espiritual que desde julio de 1999 está siendo perseguida en China.
Desde 2000, China ha sido un punto de acceso global para trasplantes de órganos y turismo de trasplantes, obteniendo órganos en el sistema de campos de trabajo en medio de un mar de abusos contra los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad.
Ethan Gutmann, analista de China e investigador de derechos humanos, autor de “La Masacre: asesinatos en masa, sustracción de órganos, y la solución secreta de China a su problema con los disidentes”, estima que 65.000 practicantes de Falun Gong y entre 2.000 y 4.000 uigures y cristianos independientes han sido víctimas de sustracción forzada de órganos.
En un informe de al-Monitor, Alhakim dijo que ISIS está sustrayendo y transportando órganos desde un hospital en Mosul, Iraq, que desde hace años ha estado controlado por el Estado Islámico. Después, los órganos entran de contrabando a Siria e Iraq y a países vecinos cercanos, como Arabia Saudita o Turquía, agrega el informe. Las pandillas criminales entonces los venden en el mercado negro de todo el mundo, explica la Agencia de Noticias Internacional Asiria.
“Vender órganos humanos con fines de lucro no es un tema admirable. En China, miles son asesinados cada año para proveer de órganos vitales a esta industria tan lucrativa. Hospitales tanto militares como civiles, hacen el trabajo sucio, y el gobierno sabe sobre ello”, escribió para La Gran Época David Kilgour, ex miembro del Parlamento de Canadá e investigador de derechos humanos.
Al describir el proceso de sustracción forzada de órganos en hospitales chinos, Kilgour agrega, “a los prisioneros se les dispara al estilo de una ejecución, pero no quedan muertos. Entran en un shock profundo y entonces pueden ser operados sin usar anestesia para tranquilizar el cuerpo al removerles los órganos”.
“La parte más escalofriante es que los prisioneros se encuentran aún con vida cuando cortan sus cuerpos, y se ha informado de sus gritos durante la cirugía”, escribió.
Después de esto, los órganos son llevados de inmediato a un hospital y trasladados a pacientes que están esperándolos.
China admitió sustraer órganos de prisioneros, diciendo que el número de aquellos ejecutados llega anualmente a cerca de 2.000. Sin embargo, el número anual de órganos trasplantados excede la cifra de 10.000.
Uno de los países identificados por el proyecto HOTT como destino de pacientes europeos para conseguir un trasplante, fue China.
China realiza 10.000 trasplantes de órganos por año según el ex ministro de salud chino, Huang Jiefu —el segundo en el mundo luego de EE.UU.
Sin embargo, a diferencia de EE.UU., los órganos de China no son quitados de donantes voluntarios.
China dice que usa una combinación de prisioneros condenados a muerte (el número exacto se mantiene bajo secreto de estado), y donaciones. Sin embargo, se está haciendo más ampliamente conocida la evidencia acumulada de que China usa principalmente prisioneros de conciencia, y en mayor parte de practicantes de la práctica espiritual Falun Gong, la cual ha estado perseguida en China desde 1999.
El Parlamento Europeo pasó una resolución sobre la sustracción forzada de órganos en China en diciembre de 2013.

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