viernes, 6 de febrero de 2015

Podemos y sus fechorías.

Lo dicho. No hace falta inteligencia a la altura de los chicos de Podemos para darnos cuenta que algo se cuece en España, y no son los garbanzos al fuego. Es verdad que entre Iglesias y su novia se van a calzar a todo español con título universita
rio, menos la Lomana: que no tiene nada; solo un corte pijo al hablar pèro... eso también le pasa a Gallardón - lo pijo-, y va camino de ejercer de abogado a tan solo unos meses después de que se le viera el plumero y no sirviera para el cargo o cartera que le habían otorgado. ¿Cómo se puede estar en lo más alto de un cargo público, no servir para ello y ejercer de abogado? Esta claro que en este país de mierda, todo va al revés o al mismo sentido que nuestros hermanos de sangre allen los mares. Me refiero a los venezolanos, los argentinos, los... etc. Todo el continente latino. Que ahora se han visto destapados con la tapadera que alguno de Podemos tenía en aquellas tierras tan hermanas. Tan hermanas que unos se llevan la pasta allá y otros se la traen para acá, y no cotizan en Hacienda si no lo permiten los muchachos políticos de allá; si no que se lo pregunten a Monedero y su filial empresarial que no existía. ¡Por favor, dejémonos de chanchullos varios y estupideces grandilocuentes! No necesitamos otro partido político o dos: -por UP, de la novia del coleta-. Que ha dicho por activa y por pasiva que ella no va a cambiarse a Podemos, por mucho que su media naranja, medite en él. Ella va a hacer oposición (poca), (la justa) para que su chaval no lo manifieste en la cama cuando haya que hacer el amor. Y está muy bien que las cosas las tengan muy claras, tanto, como la gente que les va a votar. Todos bien venidos a las arcas públicas para rellenar los colchones que están vaciando de los jubilados. Benditas subidas que ha experimentado esos sueltos millonarios de los viejos, que ahora no saben que hacer con un ero más de pensión. Les habéis jodido la vida porque ahora no saben en que dedicar ese eros: si en dárse al nieto para chuches o pegarse un chupito y que le siente mal junto con las pastillas a todo color que suelen mezclarse. ¡Menudo susto tienen!

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