Bárcenas salió de la cárcel a la espera de juicio pero Ruz le impuso
varias medidas cautelares, entre ellas la comparecencia en la Audiencia
Nacional cada lunes, miércoles y viernes, así como la retirada el
pasaporte y la prohibición de abandonar España. Las vacaciones, eso sí,
tendrán como límite geográfico el territorio nacional.
Bárcenas aseguró además que la contabilidad paralela
llevada entre 1990 y 2008, y en la que se consignan ingresos opacos al
partido por valor de 7,5 millones de euros, es “rigurosamente cierta”.
Respecto a su vida en prisión
distinguió dos planos: por un lado acusó a Instituciones Penitenciarias
de “persecución” y “trato desigual” con otros presos, algo que vinculó
con el hecho de ponerle en libertad diez horas después de que el juez
dictara el auto de excarcelación. Por otro, habló del “trato espléndido y
absolutamente cordial” con sus compañeros de módulo: “He conocido a una
gente espléndida”, dijo antes de salir en un Citroën C4 camino de su
casa, donde esperaba dar “un gran abrazo” a su esposa, Rosalía Iglesias,
también multiimputada en el caso Gürtel.
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